Habló la
Presidenta.
Se reparan
derechos por accidentes de trabajo. Se redireccionan los subsidios del Estado.
Se protege la industria y la producción nacional.
O sea.
La vida
continúa por su cauce natural.
La política
llegó para quedarse en esta democracia cada vez más participativa.
Surgen
nuevos estrategas políticos. Y eso está muy bueno.
Como en la
Selección de futbol, todos somos DT.
O entrenadores
de box, ahora que descubrimos a Maravilla Martínez.
Lo raro es
que después del último cacerolazo algunos salieron a advertir sólo al
kirchnerismo y no a los violentos que ese día se manifestaron libremente.
Es raro.
El gobierno
no habló de ninguna reforma constitucional, pero por las dudas dicen “No”.
No habló de
la reelección, pero por las dudas dicen “No”.
No reprimió
a los caceroleros, ni los prohibió, ni los insultó, ni organizó contramarchas,
pero por las dudas le advirtieron que estaría mal…si así lo hiciera.
Es raro.
La
Presidenta dijo a sus funcionarios que antes de temer a otros poderes ajenos a
su función, debían tenerle un poquito de miedo a ella que fue quien los nombró.
Pero el
Grupo Clarín recortó la frase y derramó veneno sobre la población.
Lo raro es
que lo crean los valientes y se hagan cargo del supuesto miedo.
El gobierno
demuestra que pone en caja a los poderosos que manejaron a su antojo el país, que
incluye a los humildes, que tiene políticas de ampliación de derechos para las
clases medias y que no reprime.
Pero por
las dudas, le advierten que ni se le ocurra “atacar” a nadie.
Parece
demostrarse una vez más que cuando la reacción ataca a un gobierno popular, los
sectores más vulnerables, política e ideológicamente hablando, no son los más
vulnerables socialmente, sino al revés.
Son quienes
presumen de más esclarecidos los que dan un falso alerta para que “nadie haga olas”.
Por el
contrario, los sectores sociales más humildes, son los que asumen el proyecto
de país desde la propia piel y construyen su propia identidad mirando sabiamente
cómo se mueven los enemigos de la democracia en cada coyuntura.
Saben
perfectamente que atacan a su gobierno no porque falle en su comunicación o
altere el ánimo de los más gorilas, sino por el acierto de sus políticas de
reparación y soberanía.
“No nos
critican por nuestros errores sino por nuestros aciertos”, decía Néstor
Kirchner.
Ayer
comenzaron las audiencias por el voto a los 16 años.
La memoria
de un pueblo no está alojada en el hipotálamo de la franja etaria más
envejecida, sino entre los más jóvenes.
Un pueblo
tiene memoria cuando los pibes levantan las banderas.
Permiso
maestro Galeano:
Como la
utopía, la memoria sirve para eso. Para seguir caminando.
El Argentino, jueves 20 de septiembre de 2012
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