Con mejores
y más bellas palabras que estas, el escritor y ensayista Ricardo Piglia expresó
en su exquisito programa del Canal Público, que los escritores liberales y
conservadores se encargaron de retratar desde el siglo XIX a la fecha, el falso
paradigma del militante popular, de aquel que se identifica plenamente con un
liderazgo fuerte, como en distintos tiempos ejercieron Rosas, Yrigoyen o Perón.
Desde
Mármol y Sarmiento hasta Borges incluido, según Piglia, pareciera que el único
creador y portador de “verdades” es el liberal, mientras que lo popular siempre
sabrá a copia falsa, a seguidismo, a fanatismo, a corruptela.
Desde la
tribuna gorila contemporánea, dirían hoy que los militantes nacionales y populares
son los que van a la Plaza por el chori y el vino.
O por un
plan. O por una paga cualquiera.
Como si tener
“ideas” fuese propiedad privada y exclusiva de los conservadores.
¡Cuánta
historia que tiene la estigmatización y el desprecio de Clarín, La Nación y sus
gerentes políticos sobre los jóvenes de La Cámpora y sobre todos los que
declaran su identidad con el gobierno de Cristina!
Quizá un
caso emblemático de esta persecución sea el del Secretario de Comercio
Interior, Guillermo Moreno.
¿Les falta
algo por decir de él? ¿Aun les quedan editoriales y tapas de diarios para
denostarlo todavía más?
Claro,
cuando se revela la verdad a través de un video completo, como el que circula
en las redes sociales, es posible entender el caracú del asunto.
De un lado
se ven los representantes del monopolio mediático en la Asamblea de Papel
Prensa, defendiendo violentamente sus abultados honorarios.
Del otro,
Guillermo Moreno como representante del Estado, defendiendo sin dobleces los intereses
del conjunto de la sociedad.
Allí está la
explicación del odio a Moreno.
Esa
conducta íntegra y honesta del funcionario es la generadora del desprecio de
Clarín y sus alcahuetes.
Es el costo
de la dignidad, en todo tiempo y lugar.
Estamos
viviendo una coyuntura donde se define un largo trazo en la historia de los
argentinos.
Y aquí te
quiero ver.
Porque esta
batalla cultural por un país más justo, sin empresarios ni obispos que se
hicieron poderosos manchándose las manos con sangre de nuestros compatriotas
durante la última dictadura, necesita de la potente voz del pueblo en su
conjunto, como dijera la Presidenta días pasados.
Y necesita
de los jóvenes, con sus rebeldías, con sus sueños, con su patriotismo.
Votando,
cuando llegue el día, por quiénes ellos quieran votar.
Aunque
algunos adultos que fueron responsables de tantas desgracias, pretendan
callarlos en la escuela, en la universidad y en las calles de un país cada vez
más libre.
El Argentino, lunes 3 de septiembre de 2012
1 comentario:
Orgullo Nacional, gracias por este artículo, es necesario salir a defender a los que defienden al PAIS.
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