El mensaje
de Cristina ante la Asamblea de Naciones Unidas, fue el de una estadista.
Antes y
después, fue el mensaje de la Presidenta de una nación soberana llamada
Argentina.
“No de un
cuadro de fútbol”.
Todos deberían
reconocer esta cualidad presidencial; si no es por patriotismo, al menos por
honestidad intelectual. Si la hubiese.
Abordó los
principales temas que hoy conmueven al mundo.
La condena
al atentado que le costó la vida al Embajador de EE.UU. en Libia.
La paz en
Medio Oriente y el respeto a las decisiones soberanas de sus pueblos como
garantía de convivencia.
La crisis
económica y política en la Eurozona provocada por las políticas de ajuste
antisocial.
El digno
rechazo al FMI por insistir en las recetas ortodoxas que hundieron dramáticamente
al mundo en las últimas décadas.
La
insistencia en reclamar a los países desarrollados, empezando por los EE.UU., políticas de inclusión social y crecimiento que
hagan posible un mundo más justo.
El enésimo
reclamo a Gran Bretaña para que se siente a dialogar por la Cuestión Malvinas
en cumplimiento de la Resolución 2065 de la ONU.
La aceptación
del ofrecimiento de Irán para dialogar en busca de esclarecimiento y justicia por
los atentados criminales contra la Embajada de Israel y la AMIA.
Fue un
discurso para ponerlo en la galería del orgullo nacional.
Se plantó
ante los poderosos del mundo y con voz firme y serena les dijo cuán equivocados
estaban con sus políticas de ajuste tras ajuste.
Luego se
dirigió a los países hermanos del planeta y se comprometió a representar el
camino de la paz en el 2013 y 2014 cuando Argentina ocupe un asiento en el
Consejo de Seguridad de la ONU.
Y habló de
España, la que nos duele en el costado más sensible de nuestra humanidad. Que nos
indigna, nos rebela y nos convoca a la memoria colectiva.
Allí está
el neoliberalismo de Mariano Rajoy gobernando a golpes de exclusión y
represión.
Con una
mano golpean a sus pueblos y con la otra salvan a los bancos.
Los bastonazos
policiales llovieron sobre los manifestantes que pedían por pan, trabajo y
libertad, como en el 2001 aquí.
Antes que
hablara Cristina, en vivo y en directo veíamos en imágenes que llegaban de
Madrid las consecuencias de lo que propone en la Argentina, la oposición que
encabeza Magneto y esa derecha “peronista” que se niega a aceptar el paso de la
historia.
Cualquier
excusa les sirve para reflotar el odio.
Como si el
pasado no los condenara, allí estuvieron juntos Moyano, De Narváez, De la Sota.
Pero la
única verdad es la realidad:
21 Escuelas
tomadas contra Macri; las ventas en los Super crecieron 12,7 %; la pobreza cayó
al 6,7 %.
Y Cristina
habló por la cadena mundial.
El Argentino, miércoles 26 de septiembre de
2012
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