viernes, 7 de septiembre de 2012

El día de las convicciones



Entonces. 
Ni Fernando ni Norma ni Gustavo podían entrar a las escuelas para hablar de política ni justicia social.
Ni en las fábricas ni en los estadios ni en las plazas de los barrios se podía hablar libremente, ni dejar volar los sueños como si fueran pájaros. 
Eran tiempos del tiro al pichón. Y el pichón eran los jóvenes.   
Era una generación moldeada a los sablazos, a los fusilamientos y a las bombas que cayeron sobre alumnos y maestras en la Plaza de Mayo.
Eran jóvenes que se hicieron cargo de la liberación y la palabra, allí donde sólo reinaban la dependencia y el silencio.   
“Hay que luchar para que vuelva”, fue la consigna de ese pueblo que soñaba con traer nuevamente a Perón.  
Ellos entendieron que se podría con más lucha y resistencia.
Y regresó Perón.
Pero antes, fue la sangre derramada por sus convicciones.
Tiempo después supieron que era apenas el preludio de más muertes, desapariciones, exilios y persecuciones en un país diezmado.
Hoy es el Día del Montonero, en memoria de los primeros militantes que cayeron peleando contra la dictadura de entonces, un 7 de setiembre de 1970: Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus.
Y hoy es el Día del Metalúrgico, en honor a  ese primer fierrero de la patria que lucía sotanas y fabricaba cañones y fusiles para el Ejército Libertador del Gral. San Martín: Fray Luis Beltrán, nacido el 7 de setiembre de 1784.
El cura fue el precursor de la industria metalúrgica y hermano mayor en el destino del creador de SOMISA, Gral. Manuel Savio.   
“O sacamos hierro de nuestros yacimientos o renunciamos a salir de nuestra situación exclusiva de país agrícola-ganadero, renunciando a alcanzar una mínima ponderación industrial con todas las consecuencias que eso implicaría para el futuro de la Nación”, decía Savio cuando alumbraba el peronismo.
Si hasta parece que Beltrán, Savio y Mosconi han vuelto para celebrar el proyecto de país industrial que lidera Cristina.
Honor a todos esos trabajadores que hacen grande la patria cuando tiene hornos y altos hornos, forjas y talleres, un país de unidos y solidarios.  
De 60 mil obreros en el 2001 hoy son 300 mil aproximadamente.
“Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento...Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento”
Componían los hermanos Expósito, Homero y Virgilio que tenía 17 años.
Autor de semejante tango y no podía votar.
Hoy la medida del crecimiento de la patria es una nueva generación de jóvenes militando en paz y en democracia, millones de obreros trabajando y una ley en el Congreso para que voten los pibes desde los 16 años.
Como dijo anoche la Presidenta: “Todo llega”

El Argentino, viernes 7 de septiembre de 2012

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