Entonces.
Ni Fernando
ni Norma ni Gustavo podían entrar a las escuelas para hablar de política ni
justicia social.
Ni en las
fábricas ni en los estadios ni en las plazas de los barrios se podía hablar
libremente, ni dejar volar los sueños como si fueran pájaros.
Eran
tiempos del tiro al pichón. Y el pichón eran los jóvenes.
Era una
generación moldeada a los sablazos, a los fusilamientos y a las bombas que
cayeron sobre alumnos y maestras en la Plaza de Mayo.
Eran
jóvenes que se hicieron cargo de la liberación y la palabra, allí donde sólo
reinaban la dependencia y el silencio.
“Hay que
luchar para que vuelva”, fue la consigna de ese pueblo que soñaba con traer
nuevamente a Perón.
Ellos
entendieron que se podría con más lucha y resistencia.
Y regresó
Perón.
Pero antes,
fue la sangre derramada por sus convicciones.
Tiempo
después supieron que era apenas el preludio de más muertes, desapariciones, exilios
y persecuciones en un país diezmado.
Hoy es el Día
del Montonero, en memoria de los primeros militantes que cayeron peleando
contra la dictadura de entonces, un 7 de setiembre de 1970: Fernando Abal
Medina y Gustavo Ramus.
Y hoy es el
Día del Metalúrgico, en honor a ese
primer fierrero de la patria que lucía sotanas y fabricaba cañones y fusiles
para el Ejército Libertador del Gral. San Martín: Fray Luis Beltrán, nacido el
7 de setiembre de 1784.
El cura fue
el precursor de la industria metalúrgica y hermano mayor en el destino del
creador de SOMISA, Gral. Manuel Savio.
“O sacamos
hierro de nuestros yacimientos o renunciamos a salir de nuestra situación
exclusiva de país agrícola-ganadero, renunciando a alcanzar una mínima
ponderación industrial con todas las consecuencias que eso implicaría para el
futuro de la Nación”, decía Savio cuando alumbraba el peronismo.
Si hasta
parece que Beltrán, Savio y Mosconi han vuelto para celebrar el proyecto de
país industrial que lidera Cristina.
Honor a
todos esos trabajadores que hacen grande la patria cuando tiene hornos y altos
hornos, forjas y talleres, un país de unidos y solidarios.
De 60 mil
obreros en el 2001 hoy son 300 mil aproximadamente.
“Primero
hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin
pensamiento...Perfume de naranjo en flor, promesas vanas de un amor que se
escaparon con el viento”
Componían
los hermanos Expósito, Homero y Virgilio que tenía 17 años.
Autor de
semejante tango y no podía votar.
Hoy la
medida del crecimiento de la patria es una nueva generación de jóvenes
militando en paz y en democracia, millones de obreros trabajando y una ley en
el Congreso para que voten los pibes desde los 16 años.
Como dijo
anoche la Presidenta: “Todo llega”
El Argentino, viernes 7 de septiembre de 2012
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