Dos
noticias sacudieron ayer el ambiente político y mediático.
Dos
noticias que son como el agua y el aceite. Contrapuestas. Antagónicas.
Irreconciliables.
Vayamos al
grano y empecemos por la buena.
La
Presidenta de la Nación propuso de candidato a integrar el Directorio de la Autoridad
Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, AFSCA, a Martín Sabbatella.
Intendente
de Morón durante dos períodos y actual diputado nacional, Sabbatella es la
expresión de lo nuevo en la política argentina: claridad y honestidad en su
trayectoria pública, credibilidad personal, experiencia de gestión y por sobre
todo, un militante de la palabra y de la acción.
Las suyas
son cualidades imprescindibles para encabezar este tramo del proceso histórico
en la democratización definitiva de los medios.
La decisión
presidencial fortalece la convicción que estamos en una nueva época signada por
la transparencia en la gestión de lo público.
Pero algo
más: es la política quien conduce el cambio de época.
Y esta
postulación lo corrobora.
La otra
noticia está llena de mugre, de miserables, fisgones, ladrones de intimidades, espías de morondanga, falsos profetas del
republicanismo y que demuestran conformar apenas, una asociación ilícita de
espionaje local.
Hablamos
del procesamiento dictado ayer por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado
contra las personas involucradas en lo que el Fiscal Basso llamó “un microemprendimiento
criminal”.
Espiaban
correos electrónicos y al parecer también comunicaciones telefónicas de
funcionarios del gobierno nacional, entre ellos la mismísima Presidenta de la
Nación, para luego ser utilizados como insumos
básicos de información y análisis.
El jefe de
la banda, según la jueza, sería Juan Bautista Yofre, el ex jefe de la SIDE en
tiempos de Menem, escritor especializado en Terrorismo de Estado y afines y
lanzado a las aguas del periodismo político.
Pero hete
aquí que otro de los procesados es Carlos Pagni, columnista estrella de La
Nación, conocido por sus ataques permanentes al gobierno de Cristina Fernández
de Kirchner.
Y otro es
Roberto García, que pasó por el diario Ámbito Financiero y actualmente se
desempeña en Perfil, de Jorge Fontevecchia.
¿Le suena?
La causa
maduró un tiempo largo y prudente.
Reunidas
las pruebas, la justicia habló.
Le
proponemos hacer este ejercicio con nosotros:
Leer la
historia de vida de Martín Sabbatella y compararla después con la de estos
espías disfrazados de periodistas, seudos jueces de la vida ajena, ladrones de
informes que podrían afectar las relaciones externas, la economía y la
seguridad de todos los argentinos.
Perdón
Discepolín.
Pero esta
vez los inmorales no nos han igualado.
El Argentino, martes 18 de septiembre de 2012
1 comentario:
conozco a sabattella de moron, vivo ahi, el asumio siendo muy joven,nadie creia en el,pero cambio moron y ahora todos lo votamos, tengo fe en el y espero que tenga suerte en esta nueva tarea, complicada y dificil, pero si cristina confio en el es porque es un tipo honesto que no va a arreglar ni arrugar.
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