miércoles, 1 de agosto de 2012

La memoria del gato negro




Lo dijimos ayer.
Venezuela en el Mercosur es una sonora carcajada de los pueblos de Artigas, Bolívar y San Martín.
Hoy vamos a hablar de algo grave que ocurre en la ciudad de Neuquén. 
Advertimos que esta nota no es apta para personas susceptibles de emoción violenta.
Gobierna el municipio, la rama radical del PRO.
El cobista Héctor Pechi Quiroga es el Intendente.
Fue el primero que firmó un acuerdo con Mauricio Macri rumbo a las elecciones del 2015.
Al igual que sus provincias hermanas, Neuquén nació, creció y se unió al territorio nacional a través del ferrocarril.
Los trenes llegaban hasta la vieja estación y giraban su alma de caldera a leña sobre una   plataforma giratoria que era todo un orgullo para los neuquinos.  
Ese lugar es un verdadero patrimonio cultural.
Cuando se fue el ferrocarril, construyeron allí un Anfiteatro para poder resguardar el foso como sitio histórico.
Donde antes circulaban locomotoras, ahora pasea la gente sobre el Parque Central.   
Pero este 22 de abril llegaron las topadoras, demolieron los tres primeros escalones y con esos escombros taparon el Anfiteatro.
Así como lo lee.
La orden fue del Intendente Quiroga.
El 29 de abril se congregaron muchos jóvenes, artesanos y artistas populares y empezaron a reconstruir lo que parecía un milagro: desenterrar el patrimonio público.
Lo hicieron. Y al hacerlo, de entre las ruinas, surgió imprevistamente un gato negro aprisionado durante 7 días. Y allí anda la mascota disfrutando de sus 7 vidas.
Hubo fiesta y baile cuando en junio terminaron la tarea.
La cultura no se entierra, la memoria tampoco.   
Pero el odio, ya sabemos, no descansa. Y fue así que este 30 de julio, durante la fría madrugada y a escondidas, nuevamente las topadoras de Quiroga enterraron por segunda vez el sitio histórico.
¿Para esa derecha no vale nada la participación ciudadana, la voluntad pacífica y democrática de una juventud que es protagonista, la presencia de Pérez Esquivel, las 8 mil firmas de apoyo, los 13 festivales, las 100 bandas musicales solidarias, el patrimonio cultural de un pueblo?
Y allí están ahora los pibes, nuevamente, desenterrando con sus manos la historia demolida.
Conmueve tanta dignidad.
Así como nos indignan los que no llegan a entender que esta es otra Argentina y que hoy somos un país que rescata su memoria como el bien más preciado.
Ocurre en Neuquén; debería dolernos por igual a todos los argentinos.
¿Cuánta distancia media entre la mediocridad de esa derecha injusta y los Presidentes que ayer se reunieron en Brasil?
El continente es ese gato negro que salió vivito y coleando entre los escombros del Anfiteatro demolido.
Por eso está de fiesta. Y sigue resistiendo.

El Argentino, miércoles 1 de agosto de 2012

1 comentario:

Nanim Rekacz dijo...

GRACIAS. Qué más puedo decir. Por difundir. Porque soy un Gato Negro. Porque me indigno y tomo la pala con mis manos. Porque soy escritora y la historia se escribe haciéndola con el cuerpo. Porque tengo tripas y soy un ser pensante. Gracias. Un abrazo desde el Anfiteatro que se desentierra una y otra vez y otra vez.