La reacción
popular fue inmediata. Ardían teléfonos y celulares. Las redes sociales se
cargaban de comentarios mordaces. La oposición aullaba, como siempre. La
mayoría de los ciudadanos celebraba a viva voz.
¿Qué había
pasado?
La
televisión mostraba un aviso oficial de Presidencia de la Nación que recordaba,
con tono pedagógico, la situación real de los Subterráneos de Buenos Aires. Y
sobre el final del spot, una voz preguntaba “¿Por qué no lo hace?” en obvia alusión
a la falta absoluta de gestión y decisión por parte del gobierno porteño de
Mauricio Macri para resolver el conflicto que afecta a un millón y medio de
personas.
Veamos.
El 3 de
enero de este año Macri aceptó y firmó el traspaso de los Subtes a su legítimo
dueño: la Ciudad de Buenos Aires. En la misma acta el Estado nacional se
comprometió a transferir 360 millones de pesos en 12 cuotas a fin de garantizar
el funcionamiento efectivo del transporte público más usado en la Capital.
Dos días
después, el 5 de enero, Macri asume su rol y sube la tarifa un 127 % elevando
el costo del pasaje de 1,10 a 2,50 pesos.
La Nación
cumplió a la fecha con el pago de 240 millones de pesos más la compra de 45
vagones nuevos por un valor de 90 millones de dólares que están esperando que
Macri vaya a buscarlos sin costo alguno.
Sin costo
alguno.
Por si esto
fuera poco, los porteños pagan al Subte millones de pesos por mes a través de
una partida específica descontada en el ABL y que el aviso muestra en imagen
(Ley 23.514- Fondo Permanente para la ampliación de la Red de Subterráneos)
O sea. El
Gobierno nacional pone la plata comprometida, pone los vagones gratuitamente,
los porteños ponen la plata que recauda directamente el gobierno porteño ¿y Macri
qué pone?
Debería empezar
por hacerse cargo de sus obligaciones y a renglón seguido resolver el conflicto
gremial y facilitarle la vida a los ciudadanos y no hacerla tan desgraciada
como la viene haciendo dejándola de a pie.
Son
momentos donde no hay que ser muy entendido para entender lo que está pasando. La cruda realidad provocada por el
desgobierno porteño reemplaza la necesidad del análisis político.
Como en un
ejercicio virtual, ahora invirtamos los datos y supongamos por un instante que todos le quieren hacer la vida imposible a
Macri y nadie, ni el Gobierno nacional ni los porteños, ponen un peso para los
Subtes. Supongamos.
¿Para qué
sirve un gobernante en esas circunstancias? ¿Para decir como dice Macri que no
puede hacer nada si no le dan más plata o si no sube las tarifas un 500 % más?
¿Para hacer como hace Macri que no hace nada para resolver el problema?
Macri
confundió al Subte con un pozo. Y no advirtió que se enterró solito.
El Argentino, lunes 13 de agosto de 2012
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