viernes, 10 de agosto de 2012

Un lugar en el mundo: Argentina



La Cadena nacional de radiodifusión hoy sirve para que la verdad no sea secuestrada por el monopolio mediático.
Suficiente razón para su uso en una democracia que no la utiliza para anunciar el descuento del “13 % a los trabajadores y jubilados” ni el “estado de sitio” ni “el corralito” ni “el corralón”.
Ayer sirvió para que la Presidenta realizara anuncios de trascendencia:     
La Argentina empezó a perforar, nuevamente, sus propios pozos de gas, a producir su propio Euro diesel y su propia nafta Premium.
La Argentina profunda será provista de combustibles por YPF, a lo largo y ancho del país.
Allí donde todo es soledad, donde el páramo sucede a los pueblos, a los bosques y los lagos, allí estará YPF.
Como dice el equipo conducido por Miguel Galuccio: “Donde otros no llegan, llega YPF”.
La Presidenta anunció las nuevas y millonarias inversiones del Estado en la gran empresa de energía recuperada para los argentinos y fue mucho más allá de los números: transmitió la garantía de un proyecto de país sustentable donde entramos todos y todas.
La firma del Pacto Federal Hidrocarburífero entre el Estado nacional y las provincias, expresa sin equívoco alguno, que sólo los argentinos son los dueños de sus recursos.
La energía está.
Debería alimentar estratégicamente, además del transporte y las fábricas que se abren en esta Argentina reindustrializada, la usina que alimente la verdad. Sí, la verdad. Esa verdad que nos ocultan los lenguaraces y escribas del monopolio mediático.
La Presidenta reclamó ayer una ley de ética periodística, afirmando la necesidad de que los que editan falsas noticias, como Bonelli y otros de su misma laya, dejen de mentir, de asustar, de hacer campaña contra la Argentina y contra los argentinos, o al menos  digan cuáles son las ventanillas donde cobran por la “publicidad no convencional” o “chivos” o como se llamen. 
Si todos entendemos que la Argentina “duerme con el enemigo”, revelar la verdad sería   tarea sencilla.
Pero si no es así, si la pantalla de “TN” ametralla con mentiras a granel en cada casa, en cada bar y en cada lugar público y encima les creemos, entonces ese enemigo público número 1, que es la mentira, habrá ganado la batalla contra el país  profundo.
Habría que transmitir una y otra vez el discurso presidencial de ayer.
Servirá para seguir desnudando a los falsos profetas de la crispación. Servirá para ponerle nombre y apellido a los agitadores profesionales.
Servirá, en definitiva, para ser más libres.
Ningún país se hace con tristeza y desconfianza; lo sabe el pueblo, pero también lo saben los canallas.
Por eso mienten, asustan y siguen sin resolver el conflicto del Subte en la Ciudad.  

El Argentino, viernes 10 de agosto de 2012





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