Faltaban
pocos días para asumir la Presidencia.
Néstor
Kirchner se prodigaba generoso con sus compañeros, diagramando la hoja de ruta
y entreviendo los nombres y los pilares de un gobierno destinado a sacar a la
Argentina del infierno, como él propuso y cumplió.
En esos
días un periodista le espetó: “El FMI advirtió que si su gobierno no veta la
ley que posterga las ejecuciones hipotecarias, se postergarán los convenios ya
acordados”. El presidente electo sonrió y respondió: “No hay que olvidarse de
que Argentina ya demostró que puede vivir sin el acuerdo con el Fondo”.
Quienes lo
conocían, comprendieron el mensaje.
El
periodista puso violín en bolsa con aires de descreído.
En esos
días vertiginosos de mayo de 2003 su esposa, la entonces senadora Cristina
Fernández de Kirchner, declaraba: “Es hora de hablar de nuestra generación, no
por los atajos que tomó, sino por lo que en verdad expresaba de cambio político,
de compromiso con el destino del país y del mundo”.
Esas
convicciones y esa claridad de rumbo fueron las que llevaron a reconstruir el
país en nueve años, desprenderse del yugo que imponía el FMI y comprometer
nuestro destino histórico con la América del Sur.
Y saldar
las deudas provocadas por gobiernos anteriores.
El pago del
Boden 2012 es un capítulo central de este recorrido, al que habrá que abordar
no como una fotografía estática, sino como parte de un proceso dinámico de soberanía,
crecimiento industrial y desarrollo con inclusión social.
La bajada
de cuadros de los genocidas también fue un momento preciso, pero que se explica,
en su dimensión real, en el desarrollo integral de la política de derechos
humanos que puso el fin a la impunidad.
Así, el
proyecto nacional, popular y democrático demostró desde el 2003 que concibe la
acumulación política como fruto de la acción de gobierno.
Primero la
decisión y la acción. Sólo después, la acumulación de mayores cuotas de
representatividad.
Kirchner
decía que las relaciones de fuerza son la consecuencia de una construcción
diaria, pero con la mira puesta siempre en el largo plazo.
No hay
relaciones preestablecidas. Se las construye.
Como el
amor verdadero.
Que no es el
falso amor de Macri.
Allí está
el discurso presidencial de anoche. Para leerlo y analizarlo mil veces.
Se paga una
deuda, se aumentan los haberes de los jubilados y se reafirma el camino de la
producción y el trabajo.
La historia
dirá que esta Presidenta honró la deuda pública, honrando su palabra.
Quisieron
quebrar este proyecto por el frente externo, fracasaron.
Quisieron
aislarnos del mundo, fracasaron.
Quisieron
quebrar el orgullo de un pueblo, fracasaron.
En este
país no habrá más deudas ni olvidos.
El Argentino, viernes 3 de agosto de 2012
1 comentario:
Hay que recordar que esas ejecuciones hipotecarias eran mayoritariamente de pequeños y medianos productores agropecuarios. Ya que los muchachos de la Mesa de Enlace parecen haberlo olvidado, es bueno que nosotros mantengamos la memoria. Y se lo recordemos a ellos tambien...
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