La patria
está desatada.
Con el
Mercosur se liberó el continente y mañana nos liberaremos de las deudas que
dejó el neoliberalismo.
Se alborota
el vecindario con la más maravillosa música que, como dijo el General, “es la
palabra del pueblo”.
Los
miserables del poder más miserable no salen de su asombro.
Estaban
acostumbrados a mandar sin mucho apuro.
Gobernaban
a control remoto. Por intermedio de.
Del capataz
de turno, el gerente, el amanuense, el político de moda, el batata, el capanga,
el obispo, el general, el almirante, el brigadier.
“Andá a
verlo a fulano de parte mía”, era su latiguillo preferido.
Ellos ni se
mosqueaban. Estaban para otra cosa. Acumulando billetes en la billetera.
Y mucho más
dinero en paraísos fiscales.
Eso sí: se
ocupaban de entregar premios y castigos desde las tapas de Clarín y La Nación.
Por décadas
disciplinaron haciendas, congresos, gobiernos, planes económicos, el valor del
peso y del dólar, la balanza comercial, las exportaciones y las importaciones,
el humor social, la tasa de inflación y la inseguridad, por el módico precio de
una editorial de Mitre o de Magneto Herrera de Noble.
Hoy lo
tienen a Lanata. Y no les alcanza.
Piden pan,
no le dan; piden queso, le dan hueso.
No
funcionan como antes las palancas de cambio. Cada vez los leen menos. Y menos les responden.
El
kirchnerismo es el hecho maldito del país corporativo.
Alguna vez
los porteños elegirán a quien se ocupe y preocupe por la salud pública.
Y entonces
sí, no habrá más penas ni olvido en el país de Gardel.
Los pacientes
del Borda no pueden ni deben esperar mucho más.
Menos ahora
que lo nuevo ha nacido definitivamente y se llama Mercosur con Venezuela
adentro.
La Patria Grande
nació otra vez de sus cenizas.
El centro
de gravedad de la política, el que no estaba en manos de los pueblos ni de sus presidentes,
ahora sí les pertenece. Porque ahora el Mercosur recuperó la brújula que utilizaron
Artigas, Bolívar y San Martín.
¡Agarrate
Catalina que ponemos quinta hacia el futuro!
La historia
está sucediendo.
Habrá un
antes y un después del Mercosur y del pago a los bonistas, pese a Macri, a Magneto
y a la oposición que confunde su mandato.
Tan
confundidos están que alguna progresía cree que poner el pecho a las
corporaciones, es igual a mostrar los pechos en la Tele.
Cuesta
abajo en la rodada, Clarín terminó por convocar los servicios de asesor
espiritual en estos temas al “matricida” Schoklender.
Y ya que
estamos, preguntamos: si los que martirizan a una mujer no debieran gozar de
salidas transitorias ¿por qué está libre Magneto entonces?
Sigamos
andando.
Que a más patria,
menos deudas.
Otra linda
ecuación para saber por qué cantamos.
El Argentino, jueves 2 de agosto de 2012
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