lunes, 27 de agosto de 2012

El orgullo de ser argentino



En este mundo donde los ladrones de guante blanco de los organismos financieros internacionales siguen arrasando con los pueblos europeos y la derecha neoliberal se  muestra, aquí y allá, que sólo es eficiente para el saqueo a mano armada, en este mundo decíamos, no hay mejor resguardo que vivir con una economía como la del modelo inclusivo de empleo y producción que gobierna la Argentina.
En este mundo donde EE.UU. no puede escapar del pantano de su déficits comercial y financiero y de la crisis moral de una sociedad que soporta matanza tras matanza fuera de sus fronteras y en plena corazón de Nueva York, en este mundo decíamos, no hay mejor país para vivir que la Argentina.
Un país con dolores viejos y dolores nuevos, pero que avanzó hasta ser el país más seguro del continente.
Los enemigos del país, los de afuera y los de adentro, saben que esto es así. Pero también saben que por este camino que estamos recorriendo desde el 2003, perderán para siempre sus negocios espurios, sus monopolios, su dominio y  es por eso que resisten y blasfeman, como lo vienen haciendo. 
Clarín ha dejado de mentir de vez en cuando, para pasar a ser el boletín oficial de las mentiras.
La Nación hace de guardaespaldas de Mitre y azuza el miedo y la mentira en su defensa cuasi religiosa de la propiedad privada.
Perfil hace otro tanto en el trabajo sucio de amasar barro y estiércol con las manos enguantadas.  
A diferencia de otros tiempos, esta vez las agujas del reloj corren a favor del pueblo y su gobierno. Y eso los desespera.
Los llena de impotencia y rabia. Y mienten, injurian y amenazan con tal de alborotar un escenario que perdieron.  
Calumniarán hasta el último día que les quede de nobleza.
El disparo de Macri contra el Eternauta es un ejemplo: un tiro al sentimiento colectivo de este pueblo.  
Pero:
¿Qué no dijeron de este pueblo y sus representantes más genuinos durante doscientos años de historia?
Que era un pueblo mal entretenido, vago, pendenciero, insolente y matrero. 
Que había que importar la estirpe disciplinada y rubia de la vieja Europa.
Que los gobiernos populares vienen por la tierra y las haciendas y que de las escuelas llenas de negritos peronistas no se puede sacar ni uno solo que sirva a la civilización occidental y cristiana.
¿Qué no dijeron de Evita?
¿Qué maldad no hicieron contra este pueblo, contra sus hombres y mujeres?  
Esta vez agotaron sus argumentos. 
El rescate del Gaucho Rivero que hizo la Presidenta, es inversamente proporcional a la condena macrista al Eternauta.
Es la eterna pugna entre la libertad y el oscurantismo, entre la memoria y el olvido, entre el amor y el odio.   
Amanece.
Vayan pasando, que hay lugar para todos.

El Argentino, lunes 27 de agosto de 2012

1 comentario:

gem dijo...

Orgullosamente ARGENTINA, gracias por expresar tan bien lo que muchos pensamos. Momento histórico y lleno de emociones.