miércoles, 27 de junio de 2012

Todos los días de mi vida



Cuando se pierde el horizonte, las utopías y las certezas se asientan en el mismo Acta de defunción.
Algo de eso ocurrirá este día.   
Los que convocaron a movilizarse contra Cristina, perdieron la visión del conjunto, el árbol les tapó el bosque y el proyecto de país que alguna vez abrazaron, se redujo al  impuesto a las ganancias y a una Central obrera deshonrada en los estudios de TN.
Del lado de la vida, está la reflexión de ayer de nuestra Presidenta.
Clara, concisa y corajuda.  
En el momento que dijo que gobernaba para el pueblo “todos los días de mi vida”, cada uno de nosotros, ciudadanos de a pie, se estremeció de emoción y la abrazó a distancia.
El mundo está mudando de su antigua órbita.
Ya nada será igual después de esta crisis desatada por ese viejo mundo de angurria financiera y hambre para los pueblos.
Hay potencias que se desmoronan y otras nuevas que irrumpen.
¿Dónde se para el país en este cambio de época? 
¿Al lado de los decadentes o asociados soberanamente al nuevo mundo que emerge?
Responder estas preguntas implica valorar la naturaleza del modelo de país que lidera Cristina. Y nadie de los que hoy cuestionan tan severamente al gobierno podría negar, con dos dedos de frente y una pizca de honestidad intelectual, que la Argentina está ubicada en el justo lugar donde el futuro construye su historia.
Si hasta la plomada de albañil de esta obra colectiva lleva inscripta en su lomo: Hecho en la Argentina.    
Pero de estos escombros que vuelan por el aire ningún país saldrá enteramente indemne. Si acertamos en el modelo de acumulación y desarrollo, crecemos.
Si no cuidamos el rumbo, somos parte del escombro.
Por eso nos preguntamos:
¿Esta movilización va en defensa del trabajo y la inclusión o acumula en contra de los intereses de los argentinos?
Si la derecha te aplaude, el pueblo te desprecia.   
Lo sabe bien Moyano.   
Una mirada abarcadora no siempre está presente en las noticias que se consumen diariamente. Por ignorancia o por mala fe nomás.
Pero es innegable que la Argentina, que con Cristina más que nunca es nuestro orgullo nacional, le puso un límite al mundo en la Cumbre del G-20, para enojo de los fondos buitres y los desalmados de Clarín y La Nación.   
Para comprobarlo está el texto de la declaración leída por la Presidenta.
En fin, la Argentina está enganchada a la locomotora de este nuevo mundo. Tiene el mejor salario de la región. Achica día a día la desigualdad. Extiende sus derechos. Reivindica su memoria nacional, popular y democrática. Encarcela genocidas.
Y con la militancia que ayer honró a Kosteki y Santillán, avanza.   
Pese a los desmemoriados que muerden la banquina en cada curva de la historia.   

El Argentino, miércoles 27 de junio de 2012

3 comentarios:

pancho dijo...

estos miserables de siempre, los moyanos ,los sciolis, los macris, los traidores de la gente y el pais como poder seguir cambiando el pais<?? DEFENDAMOS A CRISTINA QUE ES LA UNICA QUE NOS GARANTIZA EL CRECIMIENTO DEL PAIS !!

Tunombreyelmío dijo...

COmpañero! leeo todos los días su nota en el argentino, y creo que siempre sus palabras son las justas.
Fuerza! una alegria encontrar su blog no se deje afectar por los que siempre fueron tras su propio ombligo y se contentan con el odio.
Seguiré atenta a su blog :)
hasta la victoria siempre!

jorge giles dijo...

Gracias Pancho, gracias Tu nombre y el mío. Me animo a pensar que el Proyecto de país que lidera Cristina está más fuerte que nunca, y eso claro, los pone muy nerviosos a los dueños del poder. Por eso contratan mercenarios para que injurien y amenacen; pero con nuestras debilidades y con unidad, solidaridad y organización, hicimos esta fuerza tan potente que ya es inquebrantable. Esta vez le encontramos la vuelta para que la argamasa sea victoriosa: la fuerza del amor, como decía Néstor y concretó Cristina. Un abrazo.