martes, 19 de junio de 2012

Dos mujeres y un continente



Las dos mujeres son Presidentas de sus respectivos países: Argentina y Brasil.  
Dos estados partes de una gran Nación llamada América Latina.   
La Patria Grande.
El continente liberado por Simón Bolívar y José de San Martín.
El “Nuevo Mundo” como lo bautizaron los conquistadores hace cinco siglos. 
Cristina Fernández de Kirchner y Dilma Rousseff, que de ellas hablamos, se reunieron ayer en el marco de la Cumbre del G-20 en San José de los Cabos, en el estado mexicano de Baja California.
Dice la prensa internacional que ambas acordaron pautas para enfrentar las políticas de ajuste que hunden al planeta.
Dice que ambas defenderán el empleo, el consumo y el mercado interno como palancas para el desarrollo, a diferencia de los mandatarios que tienen de bisectriz a esa nueva  “dama de hierro” llamada Ángela Merkel.
O para ampliar, que tienen de ángulo principal el salvataje de bancos que se devoran todo lo que sepa a pueblo; los que devoran hospitales, escuelas, universidades y fábricas, con la gente adentro.
Dilma y Cristina están juntas en la Cumbre.
Saben que de un lado estarán alineados los que sólo se preocupan por representar a ese capitalismo devorador y depredador de la condición humana.   
Y que del otro estarán ellas dos y los que quieren rescatar el valor de la vida, el desarrollo inclusivo, la democracia, el trabajo, la educación, los pueblos.  
Del primero de los lados, está el poder económico neoliberal.
Del segundo, la política.
En ese cuadrilátero se juega el destino de la humanidad en las próximas décadas.
Las últimas Cumbres demuestran que los dirigentes de los trabajadores eligieron a nuestra mandataria como portavoz de sus intereses.
Por eso no es extraño que ayer le dijeran a nuestra Presidenta que los trabajadores del mundo rechazan las políticas de ajuste que se aplican en Europa y  que reconocen en la Argentina un país que es ejemplo en la defensa del trabajo y la creación de nuevas fuentes de empleo.
No anduvieron con vueltas cuando definieron que Argentina y Brasil son dos países líderes tanto en la defensa irrestricta del empleo, como en el combate frontal contra el  ajuste económico que hoy se aplica salvajemente a pueblos del viejo mundo, más viejo que nunca, allí donde otra mujer, Joan Smith, escritora, activista británica por los derechos humanos, criticó ayer a su gobierno, el del premier Cameron, por negarse a debatir con el gobierno argentino sobre la soberanía de Malvinas.
Dilma y Cristina se propusieron ponerle un límite a tanto dolor humano causado por ese neoliberalismo que aquí defienden Clarín y La Nación.
Para parir un nuevo mundo, más justo y desarrollado, se precisaba de dos mujeres así. 

El Argentino, martes 19 de junio de 2012 






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