El
kirchnerismo es la primera vez de muchas cosas.
Quizá sea
la cualidad de los que reparan derechos.
O la marca
en el orillo de todo cambio de época.
Quizá sea
el perfume de una historia que sigue enamorando.
Veamos.
El 13 de
julio de 2003, a 49 días de asumir, el presidente Néstor Kirchner viajó a
Londres para participar de una reunión de partidos progresistas. Mucho no lo
convencía la ocasión. Era la misma progresía que implementaba con buenos
modales las políticas neoliberales del Consenso de Washington. Un socialismo
descafeinado que sólo se endurecía enviando tropas a invadir Irak y Afganistán
junto a los EE.UU.
Pero
Kirchner fue igual. Y tomó por sorpresa a medio mundo cuando, amablemente, con
el saco cruzado abierto y esos mocasines tan apropiados para un salón tan
noble, le dijo a Tony Blair, premier inglés y anfitrión del encuentro: “Vengo a
hablar de la soberanía sobre las Islas Malvinas”.
La
respiración del inglés se detuvo.
La
diplomacia se detuvo.
El tiempo
del olvido se detuvo.
La escena
fue una mezcla del segundo gol de Maradona a los ingleses en el mundial del 86
y el vozarrón del Gaucho Antonio Rivero el 26 de Agosto de 1833 gritando: “Las
Malvinas son argentinas”.
Era la
primera vez que ocurría. Un presidente argentino hablando de soberanía en casa
del colonialista. Tenía que ser pingüino, atrevido y corajudo para hacerlo.
Y hoy es
Cristina en Nueva York, hablando en el Comité de Descolonización de Naciones
Unidas sobre la misma causa: nuestra soberanía en Malvinas.
Por primera
vez desde que se creara este Comité, una Presidenta nuestra va en persona a
decir que la Argentina quiere dialogar, no guerrear, sobre la cuestión soberana
de Malvinas.
Por primera
vez una Presidenta estará rodeada ante un ámbito de la ONU por familiares de
nuestros héroes muertos en combate en 1982, por ex combatientes, por
gobernadores y legisladores de todos los colores de la política.
Menos el
PRO de Macri. Obvio.
Y por
primera vez esta defensa constante de nuestra soberanía es una parte del todo
nacional, popular y democrático en el gobierno.
Porque Cristina
hablará desde las 400 mil viviendas del plan PROCREAR, la recuperación de YPF y
la soberanía energética, la ley de medios, el matrimonio igualitario, la
Asignación Universal por Hijo, los 5 millones de puestos de trabajo, la UNASUR,
MERCOSUR y CELAC, las reservas del Banco Central, la Ciencia y la Tecnología, el
ahorro nacional y el mayor desarrollo económico con inclusión social en 200
años de historia.
Desde ese
país de sueños y realizaciones hablará Cristina.
Y como el
premier inglés es olvidadizo hasta con sus hijos, les recordará que América
Latina es continente de paz.
El Argentino, jueves 14 de junio de 2012
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