La
Presidenta Cristina Fernández de Kirchner no se cansa de resaltar que ella
gobierna para los 40 millones de argentinos, incluidos los que quieren
dolarizar la economía.
Sin embargo,
sus opositores, insisten en pretender sacar de la cancha al proyecto nacional,
popular y democrático que gobierna el país desde el 25 de Mayo de 2003.
Son dos
lógicas irreconciliables.
Unos
incluyen. Otros, excluyen.
Unos
pacifican. Otros, como Magneto y Binner, apadrinan cortes de calles a falta de
representatividad.
Queda claro
con la contraofensiva política y mediática lanzada la misma noche del último
triunfo electoral de Cristina, el 23/11/2011, que esa oposición comandada por
el Grupo Clarín y los sectores afines al monopolio, no está dispuesta a
respetar la voluntad popular expresada en las urnas.
Son
destituyentes sin remedio.
Esta vez se
les fue la mano.
La lista de
asaltos producidos desde entonces, es elocuente.
Ensalzaron
al genocida Videla, preso y condenado, como si fuera un ex estadista dictando
cátedras. Golpearon cobardemente a periodistas que hacían su trabajo. Pretendieron
atemorizar y paralizar la creciente participación de los jóvenes a través del
“escarmiento” autoritario contra una estudiante secundaria en la provincia de
San Juan. Editorializaron y publicaron en tapa el apoyo explícito al Reino
Unido en la disputa con la Argentina por las Islas Malvinas. Y al revés, se
sumaron entusiastamente a las condenas inglesas y de Repsol contra nuestro
país. Estimularon y organizaron cacerolazos violentos y antidemocráticos. Le
dieron letra y pantalla a los sectores sindicales del FAP. Intentaron otra corrida
cambiaria con el dólar ilegal. Promueven la apertura indiscriminada de
importaciones en momentos en que el mundo en crisis eyecta fuego ardiente. Atacaron
violentamente la legislatura bonaerense. Lanzaron un nuevo lockout de la
patronal rural queriendo afectar el abastecimiento y la comercialización de
carne y granos para aumentar precios y las formidables ganancias del sector
agropecuario que expresa la mesa de enlace de Biolcati y Buzzi.
Todo eso y
mucho más, fueron partes de una mega operación de ablande contra el gobierno.
Nos
alegramos por la suerte del país con el resultado final: fracasaron nuevamente.
La
contraofensiva reaccionaria no logró sumar a ninguna franja importante de la
inestable clase media; no logró desestabilizar ni la economía ni la
gobernabilidad política e institucional del país; no logró amedrentar a los
jóvenes; no logró callar a los periodistas que trabajan de periodistas de
verdad; no logró desabastecer por completo.
Nadie pisó
el palito de la provocación.
La
indiferencia social fue la mejor respuesta, lo que evitó la necesidad de
contramarchas inoportunas.
Pese a la
despiadada ofensiva desatada contra la Presidenta de los argentinos, con una
campaña de agravios sin precedentes en la historia de nuestra democracia, el
kirchnerismo volvió a demostrar que cuando lo quieren correr, redobla la
apuesta: La Dra. Gils Carbó que reemplazará a Reposo, es la misma fiscal que
acorraló varias veces a Papel Prensa y otros poderosos.
Nunca
menos.
Pero que
nadie baje la guardia ni se llame a descanso, porque estos espasmos continuarán
en el tiempo que les quede de resuello a los monopolios y a las expresiones del
poder hegemónico durante más de un siglo.
¿Y por qué
fracasaron nuevamente?
Creemos,
como una primera respuesta, que el piso de sustentación del Estado de derecho y
de la sociedad democrática se ha corrido de lugar definitivamente.
Los
sectores mencionados cometen dos pecados que suelen ser letales cuando no se
dispone de una capacidad de daño superior al de su oponente: disputan contra la
corriente de la historia y, atrapados en esa lógica, utilizan categorías
políticas del pasado.
Si enfrente
no tuvieran la cualidad demostrada por esta Presidenta, ese pecado pasaría
desapercibido o lo que es peor, podría salir airoso en la disputa y hacer
retroceder al país al período oscurantista que sufrimos a partir del terrorismo
de estado en 1976.
Apreciando
dialécticamente el cuadro de situación, el kirchnerismo crea nuevos escenarios
y nuevas situaciones, lo que descoloca inevitablemente a quienes sólo tienen a
la reacción como remedo de la acción política.
La
iniciativa, en contenido y en formato, sigue siendo del gobierno; esto se puede
negar en teoría, pero a la hora de poner
los pies en la tierra, las corporaciones y los políticos opositores que le son
funcionales, sufren el rigor de la realidad como única verdad.
El mundo no
está para bollos. La respuesta del gobierno en aumentar los aranceles a las
importaciones “sobrantes” en el espacio financiero internacional es inteligente
y soberana. Mal que les pese a los enemigos de cabotaje.
La
transformación del mundo unipolar que sucedió a la caída del bloque soviético
en los años noventa hacia un mundo multipolar, dio sus primeros gigantescos
pasos:
China y
Japón están comerciando bilateralmente en yuan y en yen, exclusivamente.
Jaque al
dólar como moneda de reserva internacional.
Además,
China y Rusia acaban de firmar un Acuerdo Estratégico en lo económico, lo
cultural y lo militar.
Jaque a la “inconmovible
y excluyente” relación entre los EE.UU. y China firmada después de Mao.
No estamos
solos. Somos la economía más abierta a las inversiones después de Alemania,
como informó el canciller Timerman.
En este
marco, la participación de Argentina en la próxima Cumbre del G-20 será
importante toda vez que, según nuestro modesto entender, conformará un mismo
bloque de opinión con la hermana Brasil y con las potencias emergentes en la
defensa del crecimiento, del consumo, de nuestros recursos naturales, de la
producción y el trabajo.
Ojala
Europa abandone a tiempo el piloto automático del FMI.
Sería una
buena noticia para la paz en el mundo.
Pero tan
improbable como que la oposición local abandone a Magneto.
Paciencia. Los
argentinos estamos demostrando que sabemos valorar el país que reconstruimos
después de nuestra propia tormenta neoliberal.
Miradas al Sur, domingo 10 de junio de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario