jueves, 31 de mayo de 2012

Nostalgias de la vaca atada




Como decía Minguito: “Antes de hablar, quería decir unas palabras”:  
¡Salud compañeros y compañeras de Página 12, salud!
Ahora vamos a las cosas del día.
Los dueños del poder económico no fueron decomisados ni expropiados ni fueron socializados sus ingresos, riquezas y bienes de familia.
¿Por qué patalean entonces?
Porque sufren el síndrome de la vaca atada, parafraseando a la ministra Débora Giorgi. 
No se bancan que un gobierno elegido por el voto popular siga siendo leal con ese voto y no acate, como lo hacían gobiernos anteriores, a los dueños de la banca y los grandes diarios.
No se bancan la abstinencia de poder absoluto que les provoca un proyecto nacional, popular y democrático que lleva 9 años en la Casa Rosada. 
No se bancan que los inspectores de la AFIP le pidan la documentación pertinente y le inspeccionen los galpones con mercaderías mal habidas o trabajadores esclavos.
Tienen nostalgia de la vaca atada.
Y la vaca era el país entero. Y eran los bancos y las financieras.
Y era el tráfico con el dólar ilegal, con la moneda ilegal, con el comercio ilegal, con la propiedad ilegal, con Papel Prensa ilegal, con las cuevas ilegales, con las importaciones   ilegales, con la riqueza ilegal.
El magnate del azúcar, Carlos Pedro Blaquier, se movía como un jeque árabe.   
Del Ingenio Ledesma a Punta del Este. De ahí hasta París. De París quién sabe adónde.
Y no se banca que ahora lo citen a declarar por delitos de lesa humanidad por el genocidio  en Ledesma cuando fue la Noche del Apagón y los camiones de su Ingenio salieron con los represores a levantar obreros y estudiantes de sus casas. 
Y cuando se llevaron a un Intendente que también era leal con el voto popular: Luis Aredes.
Y como no se banca ni a la justicia ni a la democracia declara ante las cámaras: “Te equivocaste pibe, yo no soy Blaquier”    
Empiezan a notificarse qué es la sintonía fina del modelo.
Pensaban que era un ajuste y no se equivocaron. Salvo en un detalle: el ajuste no es contra el pueblo, sino contra la impunidad, la inequidad y la exclusión social que aún nos lastima la piel.     
Europa está desmantelando la cobertura industrial construida durante décadas de crecimiento y desarrollo del Estado de Bienestar.
La Argentina, en cambio, duplicó su capacidad productiva con inclusión social desde el 2003.  
Los datos revelados ayer por el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, son más que elocuentes.
“La industria y la construcción fueron los grandes pilares de ese crecimiento”, afirmó. 
¿Por qué patalean las minorías del privilegio entonces?
Por eso mismo.
Por que somos un país más justo, más libre y soberano.
Y en un país de iguales, nadie tiene la vaca atada.

El Argentino, jueves 31 de mayo de 2012

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