De un
tiempo a esta parte, la Semana de Mayo y las Fiestas Patrias en general, no
son una fecha más en un frío calendario
donde el rigor cívico nos dicta que la escarapela, que el acto en la escuela, que
el Himno, que el feriado largo. Y patatín, patatán.
La Patria hoy
llega al alma de los argentinos, los latinoamericanos que estamos en el sur del
sur; acaricia esa almita, la subleva, la abraza y la lleva como bandera a la
victoria, como quería Evita con su nombre.
Y así como
sabemos que la Patria nació con una Revolución en la cuna y que seis años
después daba sus primeros pasos de nación independiente, ahora ya sabemos de
qué se trata el Cabildo que continúa abierto.
Si hoy
tenemos Patria es porque tenemos una nación y un pueblo cada vez más democrático,
inclusivo, libre, soberano y justo.
De eso se
trata.
Pasarán
otros doscientos años y la historia volverá a pasar lista de nuestros aciertos
y errores.
Preguntará
por los pibes. Querrá saber si hicimos lo que se debía para que puedan comer, vacunarse,
educarse y jugar en el patio del colegio, en la vereda del barrio y en la
placita del pueblo.
O no.
Preguntará
por nuestros viejos queridos. Querrá saber si cobran la jubilación y la pensión
que les corresponde y si le aumentan sus haberes en tiempo y forma.
O no.
Preguntará
por los trabajadores. Querrá saber si hay justicia social, si se cuida el
empleo, si se los reprime cuando salen a la calle a reclamar con toda la voz al
viento.
O no.
Preguntará
por la juventud. Querrá saber si participan, si se comprometen, si se los protege,
si se forman y rebelan, si asumen responsabilidades en los asuntos públicos.
O no.
Preguntará
por Malvinas, por la libertad de expresión, por la unidad latinoamericana, por
la integración con el Sur del mundo, por la memoria, la verdad y la justicia.
Querrá saber si fueron enjuiciados los genocidas civiles y militares de la
dictadura y si cumplimos y honramos la orden de los primeros padres de la
Patria, con Moreno, Belgrano, Artigas, con San Martín, Castelli y Monteagudo.
O no.
Preguntará
qué hicimos con los monopolios. Querrá saber si la república y las leyes que
nacen de la voluntad política de las mayorías pudieron finalmente desarmarlos,
pieza por pieza, hasta convertirlos a la democracia cumpliendo el mandato de Yrigoyen,
Perón y Kirchner.
O no.
En este nuevo
25 de Mayo será importante hacer memoria con los ojos del futuro.
Porque estamos
haciendo la historia.
Cuando ella
se pregunte dentro de cien o doscientos años lo que hicimos o no, lo que
reparamos, lo que refundamos, lo que construimos, esta Generación del
Bicentenario que preside Cristina podrá decir con orgullo, simplemente:
¡Cumplimos!
El Argentino, jueves 24 de mayo de 2012
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