martes, 29 de mayo de 2012

Un dólar remarcado


  

“Inseguridad”, “inflación” y “dolarización”, son los tres nombres de una mega operación mediática que se abate sobre nuestras cabezas, nuestros bolsillos, nuestros cuerpos, nuestros espíritus cada vez que el poder económico precisa movernos el tablero de la esperanza.
Somos el país mas seguro de América Latina, según las consultoras internacionales que estudian el tema.
Somos el país cuyos niveles de inflación se compadecen con el desarrollo económico de nuestra economía en permanente crecimiento.  
Somos el país que rompió su dependencia con el dólar el día que Néstor Kirchner resolvió que “No al ALCA” y  le dijo “Chau al FMI”.
¿Y entonces? ¿Qué pasa con el dólar?
Pasa que no pasa nada. Estructuralmente hablando, no pasa nada.
Los argentinos tenemos en el Banco Central reservas monetarias como nunca antes en la historia: casi 50 mil millones de dólares.
Tenemos una moneda nacional que se llama Peso. No estamos “dolarizados”.
Nuestra reserva de valor ya no es el dólar, sino un país que funciona.
Memoria, argentinos, memoria.
¿O usted precisa un billete verde para comprar la carne, las verduras, los remedios, la vestimenta, la cuota del club, los alimentos del supermercado?
¿O usted gasta “verdes” cuando va de vacaciones a la Costa, a las sierras o las Cataratas, los fines de semana largos?
¿O usted no lee las noticias que vienen del viejo mundo y muestran y demuestran cómo se desploman las economías asentada en el euro y en el dólar?
Este gobierno desplumó a “los mercados” y le puso nombre y apellido a cada cueva del poder. Iba a durar cien días solamente. Y mire usted, el proyecto nacional, popular y democrático cumplió nueve años en la Casa Rosada.
O sea.
El cuento del lobo dolarizado es otra batalla campal de “los mercados” contra la democracia inclusiva.  
Quieren atemorizarnos, quebrando la confianza en el gobierno popular para que volvamos al 2001.
Vale todo para los inmorales de la exclusión social y de la entrega de nuestra soberanía.
Vale mentir, tergiversar, asustar y volver a mentir cuantas veces consideren necesario.
Ahora bien, esta pelea contra los inmorales la damos entre todos o no la damos.
El gobierno pregunta y controla como corresponde: “¿de dónde obtiene usted sus ganancias?”.
Para eso pagamos nuestros tributos. Para que el Estado garantice una sociedad más justa y transparente.
Los que deben preocuparse son los que habitan las cuevas de ladrones.
Y a ese país de ladrones no queremos volver más.    
Juan Carr afirmó ayer que “es el momento de nuestra historia en que a menos argentinos les falta la comida y que menos hambre hay. El Hambre Cero es inminente en todo el país”.
¿Por qué no es tapa de los diarios esta noticia?

El Argentino, martes 29 de mayo de 2012

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