viernes, 4 de mayo de 2012

De vuelta en casa, YPF




Cada vez que sea necesario ejemplificar la unidad nacional, mostremos la imagen de los 207 diputados recuperando YPF para los argentinos.  
Miremos con orgullo esa pizarra, sin olvidar a los que votaron en contra o se abstuvieron, que es lo mismo.
En la página negativa de la historia quedarán el macrismo, la resaca del menemismo, Oscar Aguad y Elisa Carrió, como el eco vago de lo peor del pasado.
En cada voto positivo de ayer votaron los piqueteros de Mosconi y Cutral-co, votó el maestro Fuentealba, el periodista Cabezas, Jorge Julio López, votó Germán Abdala,  votamos todos los argentinos.
“La política le ganó a las corporaciones, porque así lo quiso Néstor y Cristina Kirchner” tronó Agustín Rossi, el presidente del bloque oficialista.
Mientras se votaba la recuperación de YPF y la plena soberanía energética, el pueblo se reunía  afuera para festejar la nueva ley de la democracia.
La patria fue una fiesta adentro y fuera del Congreso.  
Algunos votaron positivamente pero mirando con un espejo retrovisor que apuntaba a los talones. 
Deberían enfocar panorámicamente ese espejo para hacerse cargo de la cuota parte de la historia que a cada uno corresponde.
Hay que mirar desde la razón y el corazón el tiempo que nos tocó vivir. La entrega de YPF en 1992 fue a la soberanía, lo que fue a la memoria, la verdad y la justicia la desmalvinización y el olvido impune con los genocidas.
¿O acaso fue un parto de los montes la política de privatización de las empresas públicas, el vaciamiento del Estado nacional, la desmovilización social y la agonía de la política?
¿O no hubo un momento en que la democracia política claudicó y fue posibilista ante la relación de fuerzas que imponían los dueños del poder y los grandes medios?
Ocurrió cuando el bombardeo ideológico del “fin de la historia y las ideologías” y con la “doña Rosa” de Neustad multiplicándose en millones.
Eso fue la derrota política, económica y cultural del pueblo.
Ya se votó. Pero es preciso poner las cosas en su lugar para no falsear la historia.
YPF vuelve a casa porque hay un modelo de país que parió la recuperación.
YPF vuelve porque se reconstruyó la idea de nación y pueblo.
YPF vuelve porque se recuperó la política como herramienta de transformación.
YPF vuelve porque salimos del infierno con el presidente Kirchner.
YPF vuelve porque la historia, en definitiva, la construyen los pueblos.
YPF vuelve porque la democracia se llenó de jóvenes y por tanto de futuro.
YPF vuelve ahora porque Cristina es la presidenta de los 40 millones de argentinos.
Ya se votó y hoy todos somos YPF.
Hay una nueva Argentina: somos más soberanos que ayer.  
Y esa razón histórica, nos llena de emoción.    

El Argentino, viernes 4 de mayo de 2012

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