Cada vez
que sea necesario ejemplificar la unidad nacional, mostremos la imagen de los 207
diputados recuperando YPF para los argentinos.
Miremos con
orgullo esa pizarra, sin olvidar a los que votaron en contra o se abstuvieron,
que es lo mismo.
En la
página negativa de la historia quedarán el macrismo, la resaca del menemismo,
Oscar Aguad y Elisa Carrió, como el eco vago de lo peor del pasado.
En cada
voto positivo de ayer votaron los piqueteros de Mosconi y Cutral-co, votó el
maestro Fuentealba, el periodista Cabezas, Jorge Julio López, votó Germán
Abdala, votamos todos los argentinos.
“La
política le ganó a las corporaciones, porque así lo quiso Néstor y Cristina Kirchner”
tronó Agustín Rossi, el presidente del bloque oficialista.
Mientras se
votaba la recuperación de YPF y la plena soberanía energética, el pueblo se
reunía afuera para festejar la nueva ley
de la democracia.
La patria
fue una fiesta adentro y fuera del Congreso.
Algunos
votaron positivamente pero mirando con un espejo retrovisor que apuntaba a los
talones.
Deberían
enfocar panorámicamente ese espejo para hacerse cargo de la cuota parte de la
historia que a cada uno corresponde.
Hay que
mirar desde la razón y el corazón el tiempo que nos tocó vivir. La entrega de
YPF en 1992 fue a la soberanía, lo que fue a la memoria, la verdad y la
justicia la desmalvinización y el olvido impune con los genocidas.
¿O acaso fue
un parto de los montes la política de privatización de las empresas públicas, el
vaciamiento del Estado nacional, la desmovilización social y la agonía de la
política?
¿O no hubo
un momento en que la democracia política claudicó y fue posibilista ante la
relación de fuerzas que imponían los dueños del poder y los grandes medios?
Ocurrió cuando
el bombardeo ideológico del “fin de la historia y las ideologías” y con la
“doña Rosa” de Neustad multiplicándose en millones.
Eso fue la
derrota política, económica y cultural del pueblo.
Ya se votó.
Pero es preciso poner las cosas en su lugar para no falsear la historia.
YPF vuelve
a casa porque hay un modelo de país que parió la recuperación.
YPF vuelve
porque se reconstruyó la idea de nación y pueblo.
YPF vuelve
porque se recuperó la política como herramienta de transformación.
YPF vuelve porque
salimos del infierno con el presidente Kirchner.
YPF vuelve
porque la historia, en definitiva, la construyen los pueblos.
YPF vuelve
porque la democracia se llenó de jóvenes y por tanto de futuro.
YPF vuelve
ahora porque Cristina es la presidenta de los 40 millones de argentinos.
Ya se votó
y hoy todos somos YPF.
Hay una
nueva Argentina: somos más soberanos que ayer.
Y esa razón
histórica, nos llena de emoción.
El Argentino, viernes 4 de mayo de 2012
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