La niña se
acercó hasta Cristina y se miraron ambas con un amor tan inmenso que llenó el espacio
de una infinita luz.
Cristina le
tendió su mano, acarició sus cabellos, la besó suavemente y en sus miradas entrecruzadas
se detuvo el mundo por un breve instante.
Hice un esfuerzo
para no aflojar ni perder el equilibrio grotesco en el que estaba, parado sobre
un banco de la Catedral Nuestra Señora de Nahuel Huapi, en Bariloche, participando
del Tedeum del 25 de Mayo.
El coro de
la iglesia cantaba melodías tan sublimes que algunos de los presentes parecían
levitar.
Yo levitaba
con los ojos bien abiertos para no perderme ni un detalle.
La niña
mapuche de la que hablo, se abrazó a la Presidenta de los argentinos.
Y era la
Patria en su Día.
Dos años
atrás, en esa misma ciudad de nuestra Patagonia, un asesino con uniforme mató
“por las dudas” a Diego Bonefoi, de apenas 15 años. Todo un peligro para la
civilidad de los que sólo saben gobernar sin pueblo, sin pibes, sin vida.
“Que no nos
maten más sólo porque somos pobres” declaró una joven de la pueblada que salió
a las calles para reclamar por ese crimen. La policía brava de aquella
Bariloche represiva y reaccionaria, cargó esa vez contra todo el pueblo. Y la
sangre tempranera de otros dos muchachos, pintó de rojo ese lago, testigo de
una historia de matanzas que siempre se hicieron en nombre de la
“civilización”.
Nicolás
Carrasco, de 16 años y Sergio Cárdenas de 29, murieron por las balas policiales
en junio de 2010.
El
Intendente de entonces, Marcelo Cascón, de la UCR, se fue vencido como se cae
vencido en democracia: con el voto popular.
El
Intendente hoy, es el kirchnerista Omar Goye.
¿Se
entiende ahora porqué el gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, dijo en
el Acto patrio que la presencia de Cristina “cierra los desencuentros y abre la
etapa del encuentro en Río Negro con los argentinos?”
¿Se
entiende ahora porqué esta emoción de ver en esas calles a tantos jóvenes
cantando y alzando sus banderas, tantas familias humildes saludando a su
Presidenta, tanto piberío saltando y jugando como si el Centro Cívico de
Bariloche fuese por una vez el patio de la escuela?
Ellos son
la patria recuperada de la que habló Cristina.
Ellos son el
brote después de las cenizas, creciendo más verde y luminoso.
En el altar
hablaron los distintos credos religiosos.
Y los
representantes de los pueblos originarios.
Y estaban
los ex soldados de Malvinas.
Y los curas
comprometidos con su pueblo, como Juvenal Currulef.
Y estaban
Adriana, Osvaldo y los del ‘73 mezclados con los pibes que a cielo abierto celebraban
la vida.
Argentina
es un abrazo que nos contiene a todos. Como esta vez en Bariloche.
El Argentino, lunes 28 de mayo de 2012
1 comentario:
Querido Jorge... como siempre tan bellas, tan sentidas, tan ciertas tus palabras. Es realmente gratificante ver allí reflejados todos los sentimientos, toda esa emoción y sentir lo mismo y saber que somos muchos, y que seremos muchos más. Y que este momento es maravilloso y que, por supuesto, vamos por más. Un gran abrazo. Me encanta leerte.
Publicar un comentario