jueves, 17 de mayo de 2012

Macri y el delito de abandono



“Macri tiene problemas con la ley”, afirmó ayer  en conferencia de prensa el ministro Tomada.
Y todo quedó más claro.
“Se borró”, dijo el ministro Julio De Vido a su lado.
Y se aclaró más aún la desolación que sufre Buenos Aires.
Mauricio Macri está procesado por varios delitos; el más resonante es el de las escuchas telefónicas, por el que irá a juicio oral y público.
Pero acaba de cometer un hecho inhumano y brutal: abandonó la ciudad  que gobierna.
Se lavó las manos con los Subtes de la Ciudad.   
Si el Código Penal castiga con prisión de 3 a 15 años según el daño causado por el delito de abandono de personas, artículos 106, 107 y 108 del Capítulo VI ¿qué pena le correspondería a Macri por dejar abandonadas no a una ni a dos sino a millones de personas que a diario utilizan ese vital servicio de transporte público?
La gravedad de lo ocurrido es igual a la suma de varios delitos: incumplimiento de los deberes de funcionario público y el abandono de personas, principalmente.
El artículo 404 del Código Penal establece que el delito de prevaricación lo comete “la autoridad o funcionario público que, a sabiendas de su injusticia, dictare una resolución arbitraria en un asunto administrativo, se le castigará con la pena de inhabilitación especial para la ocupación de cargo público…”
Y el artículo 409 tipifica el delito de abandono de servicio: “A las autoridades o funcionarios públicos que promovieren, dirigieren, u organizaren el abandono colectivo y manifiestamente ilegal de un servicio público se les castigara con la pena de multa de ocho a doce meses y suspensión de empleo o cargo público por tiempo de seis meses a dos años”.
No es nuestra intención abordar el desmadre del gobierno del PRO con el Código Penal en la mano. Pero subleva tanto desparpajo, tanta indolencia con los ciudadanos, tanta insolencia, que necesariamente hay que encuadrarlas en la comisión de delitos.
Porque no se trata de un debate político o ideológico. Se trata de cumplir con la ley de una vez por todas. Y Macri no cumple con la ley y mucho menos con la primera razón de la política: dialogar y trabajar por el bien público.
En el año 2007, según uno de los cables difundidos por Wikileaks nunca desmentidos, Macri declaraba al cónsul político de la embajada de los EE.UU: “Somos el primer partido pro mercado y pro negocios en cerca de ochenta años de historia argentina que está lista para asumir el poder”.
A confesión de parte…
Les interesa un comino los trabajadores, los usuarios, las instituciones y las obligaciones que contrajeron el día que se pintaron de amarillo para burlarse de la democracia.
En fin; el ladrón cree que todos son de su misma condición.

El Argentino, jueves 17 de mayo de 2012

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