domingo, 17 de julio de 2011

La República de Tecnópolis


Si aún no visitaron Tecnópolis, háganos caso, no se demoren y concurran cuanto antes. Abre de martes a domingos.

Mire que esto no se consigue en Europa. Tampoco en otro país del continente. Y encima, es gratis.

Que ayer hayan concurrido más de 120.000 personas, es un récord histórico en este tipo de eventos.

Allí se puede ver, en vivo y en directo, la Argentina real en formato “República de Tecnópolis”, palpando el futuro con la palma de las manos, pisando fuerte el país que construimos juntos en estos 200 años.

Esto somos nosotros, los argentinos. Este es el país real.

No importa que no salga en la tapa de los grandes diarios y que TN no cubra la mayor muestra de Ciencia, Tecnología y Arte de la historia.

No se haga mala sangre por eso. Lo importante es hacer. Y seguir soñando con hacer y hacer cada vez más y mejor.

Cuando alguien nos pregunte cuál es el nombre del nuevo paradigma de los argentinos, habrá que responder: Tecnópolis.

Cuando alguien pregunte hacia donde va el país, respondamos convencidos: hacia Tecnópolis.

Cuando quieran conocer qué fuimos capaces de hacer en el Bicentenario, qué cosas inventamos, qué construimos, qué fabricamos, qué proyectamos hacia el futuro, digámosles simplemente: vayan a ver Tecnópolis.

Allí está la mejor respuesta.

Lo importante, sin embargo, es que puedan ir hasta Villa Martelli. Mezclarse y amucharse entre todos y todas, apropiarse del lugar público, sentirse más argentino que nunca, sabiendo que lo que allí se muestra es lo que supo hacer este pueblo.

Permítase vivir la sensación de plenitud.

Usted, nosotros, ellos, todos lo hicimos.

Tenía razón Oscar Parrilli, el Secretario General de la Presidencia, cuando afirmó ayer en Conferencia: “Tecnópolis es la mejor respuesta a los que viven crispados, envidiosos de lo que ocurre en otros países, sin valorar jamás lo que somos capaces los argentinos”.

Y esto es así no sólo por el volumen de la muestra en marcha, sino fundamentalmente por el clima familiar que se respira allí.

Lo nacional y popular en su máxima expresión, eso es Tecnópolis.

Macri prohibió que se realice en la Ciudad “para no dificultar el transito”.

Mentira.

Les privó a los porteños el orgullo de tener Tecnópolis porque él apuesta al pasado. Y porque sabe que un futuro venturoso sólo es posible con un modelo de desarrollo inclusivo, como el que lidera Cristina.

Sabe además que mientras se esté mostrando semejante avance tecnológico y productivo, la Ciudad quedará al desnudo con sus hospitales destruidos, con la basura en las calles, con su pobreza creciente.

Cuando a Macri le hablaron de hacer Tecnópolis en la Ciudad, seguro que respondió:

“Vayan a lavar los platos”.


El Argentino, lunes 18 de julio de 2011

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