lunes, 30 de mayo de 2011

Aquel gigante miope e invertebrado

“El movimiento nacional está encolumnado detrás de Cristina", afirmó el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y agregó: "el justicialismo está encolumnado detrás de la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner” y "la mejor campaña que puede hacer la jefa del Estado es su gestión".
Fue al término del Congreso Nacional del Partido Justicialista.
Las elecciones de ayer en Chubut y en La Rioja deberían entenderse en este marco.
Los acuerdos previos a las deliberaciones de los congresales partidarios, el consenso en torno a la conducción de Cristina, la vigencia vigorosa del proyecto nacional y popular, el notable éxito de la gestión de gobierno, los triunfos y los buenos desempeños de los candidatos kirchneristas en todo el país, nos llevan a una primera conclusión: el peronismo ya no es aquel gigante miope e invertebrado, como lo calificara de manera aguda y brillante John William Cooke.
Es un movimiento que se siente en vigilia permanente en torno a la construcción de poder en defensa de los intereses del pueblo y la nación; su desarrollo, siempre inconcluso, nos lleva a presumir que deberá mejorar lo ya organizado, convocar lo disperso, consolidar el rumbo, procesar los desafíos por venir.
No hay una estación final. Todo movimiento es sinónimo de vida.
Habrá que convenir que el peronismo es hoy el espacio político más previsible para la suerte republicana.
No es un dato menor.
En este marco hay que valorizar las declaraciones de Aníbal Fernández, no como un comentario de ocasión sino como una definición categórica de este momento político.
Los congresales justicialistas están diciendo con su gesto de unidad que:
1.- Hay liderazgo nacional; 2.- hay programa de gobierno; 3.- hay proyecto estratégico; 4.- hay integración latinoamericana; 5.- hay resultado de gestión ampliamente favorable para la sociedad en su conjunto; 6) hay representación popular genuina; 7.- hay unidad de acción y concepción en el elenco gobernante; 8.- hay una identidad política que crece con mística y con historia; 9.- hay un pueblo que recuperó la autoestima y 10.- hay muchas asignaturas pendientes por resolver en el marco de la profundización del modelo de desarrollo económico con inclusión social.
El “triunfalismo” es un enemigo berreta para cualquier análisis político que se pretenda serio. Por eso el punto 10 debería ser un zurcido abierto, una lumbre, un desafío para seguir andando.
Sólo queremos apuntar que cuando las encuestas hablan del crecimiento continuo de la imagen presidencial, se trata de todo esto que aquí dijimos.
El marketing es válido para los náufragos del neoliberalismo, pero no para el proyecto de un país y de un pueblo.



El Argentino, lunes 30 de mayo de 2011

1 comentario:

Noe Villanueva dijo...

Maravilloso!!!!!!!!!!No hace falta agregar nada ...esta todo dicho