Hay que valerse de la historia para construir el país de los justos, desnudando a la antipatria con nombre y apellido.
La Presidenta lo hizo ayer en una fábrica recuperada, que es una bella metáfora de esta Argentina recuperada.
Ayer también, la justicia hizo justicia en el Parlamento.
Ahora, si se robaron la legitimidad del voto popular en la Bicameral ¿los ladrones no deberían ir presos?
Empezando por Cobos, algunos tendrían que ir poniendo las barbas en remojo.
Hay que endurecer la bondad y la ternura cuando se navega a mar abierto.
Y hacer pedagogía ante los seudo fundamentalistas del dinero público.
Ellos son hijos y herederos del Virrey Sobremonte, aquel que fugara en medio de la primera invasión inglesa llevándose consigo las reservas y el tesoro de entonces.
Recordemos juntos. Fue el 25 de junio de 1805.
Mientras las tropas invasoras avanzaban presurosas, Sobremonte cargaba en sendas diligencias todos los caudales públicos y huía raudamente de allí.
Se estancaron los carros con las monedas de oro en Luján y el Virrey siguió su fuga. Poco le duraría.
Los vecinos más ricos de Buenos Aires capitularon y entregaron el tesoro público, a cambio que los ingleses no les toquen ni un centavo de sus fortunas personales.
Sobre esta vergüenza de antaño, diría Manuel Belgrano:
“El comerciante no conoce más patria, ni más rey ni más religión que su propio interés”
Una copla popular anónima surgió entonces desde las orillas:
“Al primer disparo de los valientes, disparó Sobremonte con sus parientes.
Un hombre, el más falsario, que debe a Buenos Aires cuanto tiene, es un Marqués precario y un monte que viene.
Y sobre el monte ruina nos previene”
Sobremonte es el “prócer” de estos opositores.
Ahí está. Lo descubrimos.
Nos propusimos hacer honor al Bicentenario, comparando conductas y procederes.
Hoy quieren aprisionar en una diligencia virtual todas las reservas que juntaron este pueblo y su gobierno en apenas siete años.
“No toquen las reservas” gritan Carrió, Macri, los radicales de Morales y Cobos.
Sin vergüenzas.
Los mismos que vaciaron la diligencia con los caudales en el 2001 y el 2002 son los que ahora se relamen esperando un nuevo turno de gobierno para saquearla nuevamente.
Esa es la verdad.
Prefieren echar mano al presupuesto de salud, de educación, de obras públicas, de la Asignación Universal por Hijo, del Plan de trabajo cooperativo, de la movilidad jubilatoria, antes que utilizar los 48 mil millones de reservas monetarias.
Es la única receta que conocen y ejercieron siempre que gobernaron.
Lo que vemos por la televisión todos los días, que si hay quórum, que sí no lo hay, que el DNU, que Mercedes Marcó del Pont, que los senadores, que los diputados, que la justicia sí, que la justicia no, son batallas por ocultar o por revelar la verdad.
Así como Perón no expropió los ferrocarriles a los ingleses para nacionalizarlos, sino que los compró el Estado y los volvió argentinos, de igual modo, la voluntad del gobierno de Cristina y Néstor Kirchner, salda el ahorcamiento externo que significa la deuda que heredaron de Menem, De la Rúa y Duhalde, afrontando de la manera más digna y beneficiosa el desendeudamiento.
A esa política, que resguarda el tesoro para el desarrollo interno de todos los argentinos usando las reservas del colchón central, esta oposición le dice que “no” y recomienda tomar créditos por el 15 % de interés para afrontar el pago.
¿Tendrán algún retorno?
A esta altura uno tiene derecho a dudar ¿no será que los opositores que se oponen a canjear la deuda al 65 % menos de su valor inicial, como es ahora, utilizando las reservas del Central, están defendiendo, en verdad, a los acreedores de la Argentina?
¿O serán ellos mismos los acreedores, tenedores de títulos que esperan que este gobierno se vaya para pagar y cobrar el 100 % de su valor?
Ahí está.
Son esos fondos buitres los que hoy cuidan “la caja” del Banco Central para hacer la gran Sobremonte en la primera oportunidad que tengan.
Piedra libre. No pasarán.
Jorge Giles. 18 de marzo de 2010.
http://www.elargentino.com/nota-82452-Los-hijos-del-Virrey-Sobremonte.html
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