LOS BUENOS MODALES DEL PODER

PANORAMA POLÍTICO

El criminal siempre vuelve a la escena del crimen, dicen.
¿Será por eso que los opositores vuelven a promover un corralito sobre las reservas, el ajuste y más endeudamiento?
La deuda externa es el más perverso método de sometimiento de los pueblos al poder financiero. ¿Se acuerdan del FMI y del 2001?
Liberarse de esa deuda es ganar autonomía para el país, cortando los tentáculos del fabuloso negocio de los especuladores.
Es lo que hizo Néstor Kirchner en el 2005 y continúa haciendo hoy Cristina, utilizando las reservas monetarias para evitar el aumento de nuestro endeudamiento a tasas de hasta el 20 % que, al fin de cuentas, las pagarían todos los argentinos.
Mercedes Marcó del Pont lo explica con gracia, solvencia e inteligencia.
Por hacerlo, sufre la embestida brutal del poder económico especulativo y la derecha conservadora, acompañados por expresiones mediocres de la política que en su quebrantamiento ideológico votan lo que sea y con quien sea a cambio de una comisión legislativa.
Son los que lamentan que “no se discute un proyecto de país”, pero en lugar de profundizar el rumbo de un gobierno verdaderamente transformador, corren dóciles al regazo de la derecha. Vergüenza ajena.
“Por la boca, muere el pez”, reza el refrán.
Fue “Julito” Roca el que intentando justificar su artero tratado con el imperio inglés dijo que “la Argentina es la perla más preciada de la corona británica”.
Fue Videla el que definió a los desaparecidos como aquellos que “no están, no existen”.
Fue Menem el que para explicar su traición declaró que “si hubiese dicho antes todo lo que haría como presidente (privatizaciones, entrega del patrimonio nacional, desempleo y miseria) nadie me hubiese votado”.
El criminal define mejor que nadie la obra de su crimen.
En esta saga, la última columna económica del Clarín reconoció que la marcha de la economía va viento en popa, pero que las maniobras destituyentes de los políticos opositores contra el gobierno y sus bloques parlamentarios, podrían tirar abajo todas las previsiones de crecimiento y desarrollo inclusivo pronosticadas para el 2010.
Hasta ellos reconocen que el rejunte opositor no tiene capacidad constructiva, sólo poder de daño.
Antes, dinamitó sus propias trincheras de credibilidad política desde el Congreso.
Era previsible. Lo adelantamos en esta misma columna el domingo pasado en una nota titulada "Asalto en el Senado de la Nación".
No es una burda "autoreferencia", sino prueba testimonial contra el argumento utilizado por los lenguaraces del monopolio mediático, que en su torpe relato intentan justificar y convencer que la presunta "ofensa" presidencial a los legisladores opositores, despertó la ira que ocasionó el incendio institucional en el Senado.
Nada dicen de Carlos Menem secundando a Gerardo Morales luciendo su bastón de mariscal en la batalla. Ni de la maniobra destituyente de Redrados y Cobos en enero.
Ahora, abandonaron la formalidad democrática y calzaron ropa de combate.
Blindaron la política cometiendo el desatino de no medir responsablemente las consecuencias que este atropello senatorial tendrá para el futuro inmediato en la convivencia ciudadana, las instituciones democráticas y la marcha exitosa y previsible de la economía nacional.
En la lujuria televisada, desnudaron su voracidad de poder, montando un escenario más propio de una guerra injusta que de una contienda democrática.
Fueron un "consejo de guerra" en juicio sumarísimo.
Mandaron al paredón a la Presidenta del Banco Central, se opusieron al uso de las reservas monetarias y decidieron avanzar sobre el financiamiento del tesoro nacional a través del señuelo llamado "coparticipación federal de la ley del cheque".
Los rostros de los actores no se parecen al pasado, son el pasado gruñendo que "el problema son los modales de Cristina y Néstor Kirchner".
Mienten; el problema es el poder. Es lo que disputan. Y es el modelo de democracia que los argentinos quieren construir para los próximos cien años.
La derecha y el poder económico más concentrado saben que este modelo de gobierno camina a la profundización de todas las variables que sean necesarias para consolidar la economía, la soberanía, la integración regional y por sobre todo, concretar la más amplia redistribución del ingreso y su consecuente inclusión social.
Y es eso, ni más ni menos, lo que pretenden abortar.
Si el modelo sigue, de nada valdrán los buenos modales de los funcionarios.
Y viceversa, si hubiese bandera blanca del lado oficial, aceptando las condiciones impuestas por el autodenominado "Grupo A", nadie reparará si es correcta o desprolija la combinación de colores en el vestido oficial.
El objetivo de máxima es el juicio político a la Presidenta. El de mínima, que llegue hecha jirones al 2011. Pretenden un escarmiento total.
Según el Ministerio de Trabajo de la Nación, en base a los datos proporcionados por las Secretarías de Empleo y Seguridad Social y Anses, llegan a 5.998.809 los beneficiados directos por el Programa de Inclusión Previsional y Anticipada, la Asignación Universal por Hijo, Seguro de Capacitación y Empleo, Becas, Programas Argentina Trabaja y Jóvenes.
El crecimiento de la protección social es también el resultado de la expansión inédita del empleo asalariado registrado. El sistema pasó de cubrir a un tercio de la población adulta en 1997 a cerca de la mitad en 2009 y demuestra que en este nuevo contexto, desde el año 2003, la cobertura social está garantizada para los grupos etareos que requieren mayor protección: niños, adolescentes y adultos mayores.
La "solución griega" que propone la oposición repite el libreto de liquidar estas políticas de inversión social, machacando, desde su concepción neoliberal, que son un “gasto”, disponible para ajustar.
En el Chaco el 10 y en Ferro el 11 de marzo, la respuesta al golpismo conservador promete ser tan pacífica como masiva.
El Bicentenario se merecía esta configuración nítida de los dos proyectos de país que cruzan la historia desde el mismo origen de la patria.



Jorge Giles. Miradas al Sur, 7 de marzo de 2010.