viernes, 3 de agosto de 2012

Un país con las manos libres



Faltaban pocos días para asumir la Presidencia.   
Néstor Kirchner se prodigaba generoso con sus compañeros, diagramando la hoja de ruta y entreviendo los nombres y los pilares de un gobierno destinado a sacar a la Argentina del infierno, como él propuso y cumplió.
En esos días un periodista le espetó: “El FMI advirtió que si su gobierno no veta la ley que posterga las ejecuciones hipotecarias, se postergarán los convenios ya acordados”. El presidente electo sonrió y respondió: “No hay que olvidarse de que Argentina ya demostró que puede vivir sin el acuerdo con el Fondo”.
Quienes lo conocían, comprendieron el mensaje.
El periodista puso violín en bolsa con aires de descreído.   
En esos días vertiginosos de mayo de 2003 su esposa, la entonces senadora Cristina Fernández de Kirchner, declaraba: “Es hora de hablar de nuestra generación, no por los atajos que tomó, sino por lo que en verdad expresaba de cambio político, de compromiso con el destino del país y del mundo”.
Esas convicciones y esa claridad de rumbo fueron las que llevaron a reconstruir el país en nueve años, desprenderse del yugo que imponía el FMI y comprometer nuestro destino histórico con la América del Sur.
Y saldar las deudas provocadas por gobiernos anteriores.  
El pago del Boden 2012 es un capítulo central de este recorrido, al que habrá que abordar no como una fotografía estática, sino como parte de un proceso dinámico de soberanía, crecimiento industrial y desarrollo con inclusión social.
La bajada de cuadros de los genocidas también fue un momento preciso, pero que se explica, en su dimensión real, en el desarrollo integral de la política de derechos humanos que puso el fin a la impunidad.
Así, el proyecto nacional, popular y democrático demostró desde el 2003 que concibe la acumulación política como fruto de la acción de gobierno.
Primero la decisión y la acción. Sólo después, la acumulación de mayores cuotas de representatividad.
Kirchner decía que las relaciones de fuerza son la consecuencia de una construcción diaria, pero con la mira puesta siempre en el largo plazo.
No hay relaciones preestablecidas. Se las construye.
Como el amor verdadero.
Que no es el falso amor de Macri.
Allí está el discurso presidencial de anoche. Para leerlo y analizarlo mil veces.
Se paga una deuda, se aumentan los haberes de los jubilados y se reafirma el camino de la producción y el trabajo.
La historia dirá que esta Presidenta honró la deuda pública, honrando su palabra. 
Quisieron quebrar este proyecto por el frente externo, fracasaron.
Quisieron aislarnos del mundo, fracasaron.
Quisieron quebrar el orgullo de un pueblo, fracasaron.
En este país no habrá más deudas ni olvidos.

El Argentino, viernes 3 de agosto de 2012

1 comentario:

Antonio (el Mayolero) dijo...

Hay que recordar que esas ejecuciones hipotecarias eran mayoritariamente de pequeños y medianos productores agropecuarios. Ya que los muchachos de la Mesa de Enlace parecen haberlo olvidado, es bueno que nosotros mantengamos la memoria. Y se lo recordemos a ellos tambien...