“Encontramos
otro nieto, el 106”.
Así
comienza el mensaje de Abuelas de Plaza de Mayo leído ayer.
El día de
San Cayetano, protector del pan y del trabajo y el día del Cumpleaños de la
Casa Cuna.
Deja que
hable la vida y te sorprenderá.
Pablo
Javier Gaona Miranda es el nieto 106.
Su papá,
Ricardo y su mamá, María Rosa, lo acunaban entre sus brazos aquel 14 de mayo de
1978 cuando la dictadura los desapareció.
De los
padres nunca más se supo.
Pablo tenía
apenas un mes de vida y reapareció ayer en
las Abuelas y otros nietos recuperados, con su identidad y su memoria, con su
historia en la piel.
Desapareció
en el país del terrorismo de estado y el genocidio; siguió desaparecido en la
democracia de la impunidad y el olvido y volvió con su propia sangre en el país
de las Madres y las Abuelas, el país que preside Cristina Fernández de
Kirchner.
Quizá su padre
le haya susurrado alguna vez la bella guarania de su tierra paraguaya, “Mis
noches sin ti” y lo haya dormido canturreando: “Sufro al pensar que el destino
logró separarnos, guardo tan bellos recuerdos que no olvidaré, sueños que juntas
forjaron tu alma y la mía y en las horas de dicha infinita que añoro en mi
canto y no han de volver”.
Venimos de
allá lejos, Pablo.
De cuando
Clarín escribía en esos mismos días: “Los órganos periodísticos se manejan con
prudencia. El gobierno -de Videla- no ejerce presiones indebidas. La prensa
escrita se alinea sin dificultades en el rumbo general del proceso…”
O cuando La
Nación ponía en tapa una nota titulada: “Apoya la Rural la acción del Gobierno
-de Videla-”.
Lo cierto
es que las Abuelas recuperaron otro nieto.
Y otro
nieto recuperó su país, su pueblo, su patria, su historia, su familia, su
verdadera identidad.
Si pintar
nuestra aldea es pintar el mundo, pintar la Argentina es pintar la memoria, la
verdad y la justicia en trama universal.
Es nuestro
orgullo nacional, en un país que reencuentra sus raíces.
Ayer se
inauguró en Pampa del Indio, allá en el Chaco profundo, el Primer Centro
Educativo Bilingüe Intercultural del país y de toda Sudamérica, con la participación
protagónica de los hermanos Wichi, Qom y Mocoví.
Es otra
forma de reencontrar la identidad de este pueblo que somos.
Pampa del
Indio es la Argentina de hoy.
Nos ponemos
de pie para saludar el gesto solidario de los artistas populares que lo
hicieron posible junto al gobierno provincial y nacional.
Como
bienvenida a Pablo y a la espera de los 400 nietos que faltan, seguimos cantando:
“Mi corazón
en tinieblas te busca con ansias, rezo tu nombre pidiendo que vuelvas a mí porque
sin ti ya ni el sol ilumina mis días y al llegar la aurora me encuentra
llorando, mis noches sin ti”.
El Argentino, miércoles 8 de agosto de 2012
1 comentario:
Desde el corazón profundo del Chaco, se oye el palpitar de una dinámica identitaria pluricultural y plurilingüe. Un nuevo relato, connotado justo, plural y solidario va sembrando y cosechando en tierra fértil. Nuestros hermanos, de los pueblos originarios del Norte, Sur, Este y Oeste nos abrazan y nos dicen “encontrar lo común en lo diverso y caminar juntos es nuestro destino”. Y en ésta construcción colectiva, con MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA, plena de amor, pasión y ternura, celebremos las 106 veces que la VIDA le ganó a la muerte, que el amor puso al odio en retirada. Gracias por tus notas compañero, siempre ayudan a reflexionar y a pensar nos en clave de “conciencia nacional y popular”…
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