Se celebró ayer el Bicentenario de la Creación de la Bandera.
La Presidenta puso bien en alto las banderas de independencia y libertad, de una patria con justicia, equidad e igualdad por las que luchó Manuel Belgrano.
Cristina habló con la voz de su pueblo: “voy a tomar las decisiones que sean necesarias” dijo cuando rindió un emotivo homenaje a las víctimas de la tragedia de Once.
Fue como volver a Manuel Belgrano, cuando nos hablaba “sobre las causas de la destrucción o la conservación y engrandecimiento de las naciones”.
Hay que ir al fondo de la historia en cada encrucijada para darnos luz a la hora de entender qué esta pasando.
En las filas que apuestan a la desesperanza, a la impunidad, a la vuelta al pasado oprobioso de los argentinos, aprovechan cada circunstancia para desunir y desesperanzar al pueblo, para usufructuar la sangre derramada por ese mismo pueblo, para dividirlo, enfrentarlo, quebrarlo en su orgullo de patria.
En las filas nacionales, populares y democráticas hay que escuchar a Cristina.
Y a Belgrano diciendo en El Correo de Comercio, el 19 de mayo de 1810:
“Procurando indagar en la historia de los pueblos las causas de la extinción de su existencia política, habiendo conseguido muchos de ellos un renombre que ha llegado hasta nuestros días, en vano hemos buscado en la falta de religión, en sus malas instituciones y leyes, en el abuso de autoridad de sus gobernantes, en la corrupción de costumbres y demás.
Después de un maduro examen y de la reflexión más detenida, hemos venido a inferir que cada uno de aquellos motivos y todos juntos no han sido más que causas, o mejor diremos, los antecedentes que han producido la única, la principal, en una palabra, la desunión.
Esta sola voz es capaz de traer a la imaginación los más horribles desastres que con ella pueda sufrir una sociedad, sea cual fuere el gobierno que la dirija: basta la desunión para originar guerras civiles, para dar entrada al enemigo por débil que sea, para arruinar el imperio más floreciente.
Por el contrario la unión ha sostenido a las naciones contra los ataques más bien meditados del poder, y las ha elevado al grado de mayor engrandecimiento, hallando por su medio cuantos recursos han necesitado en todas las circunstancias o para sobrellevar sus infortunios, o para aprovecharse de las ventajas que el orden de los acontecimientos les ha presentado.
Ella es la única capaz de sacar a las naciones del estado de opresión en que las ponen sus enemigos, de volverlas a su esplendor y de contenerlas en las orillas del precipicio: Por lo tanto (la unión) es la joya más preciosa que tienen las naciones”.
Volvió Belgrano. Habló Cristina. Tenemos Patria.
El Argentino, martes 28 de febrero de 2012
1 comentario:
Hola.
Yo debo de ser una de las personas que mas discrepa con el señor Giles, pero me parece también una falta de respeto el insulto.
No caigamos en el juego de Giles, seamos respetuosos para pararnos de la vereda de enfrente.
Totalmente en desacuerdo con el señor Giles, lo saluda Jorge Gomezi.
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