viernes, 10 de febrero de 2012

El colonialista y el colonizado




No hace falta ser inglés para ser colonialista ni haber nacido en Londres o prestar servicio en la Isla Ascensión.
Tampoco hace falta haber nacido en un campo esclavista del continente africano para ser colonizado.
Entre nosotros, los argentinos, hubo y hay colonialistas y colonizados. Y si no lo son, se parecen bastante, qué quiere que le diga.
Para ser un buen colonizado hace falta pegarle por la espalda a un diputado que defiende nuestra soberanía.
Y ser un camarada de Cecilia Pando. O de cualquier espécimen de la cría procesista. Por ejemplo.
No hace falta un catalejo para mirar tan lejos y descubrir piratas en el mar.
Están entre nosotros.
Parte de ellos fueron los que esperaban la ocasión propicia para emprender a los golpes contra la unidad nacional que preside Cristina, en representación de los 40 millones de argentinos.
“Duro con ella. Duro con el proyecto nacional y popular. Duro contra los derechos humanos. Duro contra los verdaderos héroes de Malvinas, los que están vivos y los que murieron”
Y allí a la vista, desguarnecido, inocente, desprevenido estaba el diputado Díaz Bancalari.
Salía del Salón de los Patriotas luego de ver a nuestra Presidenta tendiéndole un ramo de olivo al agresor colonialista, pese al destructor y al depredador que, en su nombre, arrasa con nuestros recursos y nuestra soberanía.
Cristina rindió honor y gloria a nuestros muertos y anunció un hospital para el que fue combatiente.
De allí venía Díaz Bancalari.
Una patrulla perdida fue al ataque sin contemplaciones. Una patada en la espalda. Un puñetazo en la cara, otro en la cabeza, otro sobre ese corazón que ya venía averiado.
Estaban los que pegaban y estaban los que filmaban y transmitían en vivo y en directo por la cadena de medios.
Deberán pagar ante la justicia tanta cobardía.
Miserables.
Como ya no pueden romper actos, tratan de romper los ecos de esos actos con una cuchillada trapera para cortar la imagen victoriosa y digna de un país soberano.
No hay nada que temer si estamos atentos, si no bajamos la guardia.
Clarín y La Nación hace mucho que desembarcaron en las alcobas, en los bares y en los consultorios, en la verba de un taxista que repite como loro lo que manda Magneto.
Vienen por nuestra alegría, por nuestra identidad y nuestro orgullo nacional. Buscan desmoralizarnos; gritan que los kelpers están desabastecidos de bananas, pero poco dicen de la militarización y depredación de nuestros recursos.
Son tan colonialistas como los jueces españoles que condenaron a Baltazar Garzón.
Pero aquí nadie se rinde.
Por eso nuestro canciller hoy va a la ONU.
Ni colonialistas ni colonizados: las Malvinas son argentinas.

El Argentino, viernes 10 de febrero de 2012

1 comentario:

apoo dijo...

Estos miserables cobardes deben ser identificados y llevados ante la justicia.
Personalmente me gustaría fuera difundido sus nombres y trayectoria.
Son verdaderos enemigos de la Argentina.