jueves, 2 de febrero de 2012

Sintonía fina es más inclusión social



“Adentro llovía y afuera, también llovía”, decía el paisano.
Ayer fue más o menos así. Porque además del agua que cayó del cielo, la Presidenta anunció un lindo aguacero de datos que fueron, desde el aumento del 17,62 % para los jubilados y pensionados, hasta el anuncio del récord histórico logrado en recaudación de recursos tributarios y por recaudación en seguridad social.
“Esto es trabajo”, sostuvo Cristina.
Fue un discurso sin desperdicio, no sólo por los anuncios sino también por los conceptos vertidos por la Presidenta. Reiteró un par de veces aquello de que no sería jamás gendarme de la rentabilidad de los empresarios ni cautiva de ninguna interna sindical; que no habrá ningún techo para las Paritarias, como nunca las hubo desde Néstor Kirchner hasta aquí y que la sintonía fina es igual a mayor y mejor redistribución del ingreso.
Ayer también se supo que los salarios crecieron casi el 30 % durante el 2011, que la industria creció el 6,5 % y la construcción el 8,7 % y que el Boden 2012, atrapado en el corralito y el corralón del 2001 y 2002, terminará de ser pagado este año.
Esto es parte de lo que existe realmente y que explica el por qué del mayor consumo y el turismo masivo de los argentinos, por ejemplo. Contra las mentiras y falacias que a diario desparraman los lenguaraces y las plumas reales del monopolio mediático.
Que no mientan más, por favor. Que, como pidió ayer la Presidenta, hablen de lo que existe, no de lo que creen que podría existir.
Viene de lejos esta práctica de mentir y mentir de los dueños y gerentes de los grandes medios.
“El cuento de la canastita” diría la testigo en causas de lesa humanidad, María Felicitas Elías, que en tiempos de la dictadura se desempeñaba como asistente social en el juzgado de menores a cargo de la ex jueza Marta Pons.
El olvido está lleno de memoria, decía Benedetti.
Un día llegó una pareja con una beba en brazos y exponen ante esa jueza: “El domingo a la mañana, una mujer nos golpea el vidrio del auto en un semáforo de la avenida Pavón y nos dice “Ustedes tienen cara de buenos” y nos da a su beba para que la cuidemos. Les dimos una tarjetita a la señora para que fuera la semana siguiente a buscar la niña, pero no apareció; por eso venimos a solicitar la guarda con fines de adopción”.
Plin, caja.
La jueza Pons encargó minutos después en su despacho: “María Felicitas, quiero un buen informe socio ambiental de esta hermosa familia del señor Héctor Magneto”
Este cuento se consumó, en versiones distintas, tantas veces como niños secuestrados hubo.
Los autores son los mismos que hoy mienten con sus alaridos mediáticos.
Usted ya sabe a quién creerle.

El Argentino, jueves 2 de febrero de 2012

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