martes, 7 de febrero de 2012

El trencito fantasma




Ocurrió el domingo a la noche.
El programa de la TV pública, “6,7,8”, tenía como invitado al vicepresidente Amado Boudou.
Casi en el mismo horario, en otro canal, Mariano Grondona entrevistaba a Vicente Massot, mandamás del diario “La nueva provincia” de Bahía Blanca, ex funcionario de Menem, reconocido defensor de la última dictadura cívico-militar, hombre de la derecha más rancia de nuestro país.
Boudou no dejó nada sin desarrollar.
Massot, en las antípodas, tampoco.
El vicepresidente explicó la posición anticolonialista del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, reivindicó enfáticamente el aumento a los jubilados y la defensa de nuestra soberanía en Malvinas.
Fue una exposición pedagógica; “marcó la cancha” diría la tribuna.
Cada corporación recibió su merecido.
El monopolio Clarín y sus socios de La Nación. Los bancos y financieras. Las petroleras. También “atendió” a esa dirigencia sindical que se olvida, en apariencias, que desde Néstor Kirchner hasta acá, son los trabajadores y los sectores más humildes los mayores beneficiarios del modelo gobernante.
En síntesis, Boudou reafirmó el carácter nacional, popular y democrático del proyecto liderado por la Presidenta.
Es cierto, ni Massot ni Grondona representan el 0,01 % del electorado. Pero es importante escuchar a la derecha de paladar negro para saber por dónde rumbean los heraldos de la exclusión. Y ambos dos, a coro, coincidían en lamentarse por la orfandad opositora.
No hay iniciativas ni ideas ni propuestas ni lideres fuertes, decían.
Salvo, agregaron… ¡Mauricio Macri!
Sin ponerse más colorado, Massot elogió los liderazgos de Macri y de… ¡Miguel Del Sel!
No se ría. Lo dijeron seriamente.
Y ya que estamos, siguieron tirando nombres. Agárrese fuerte: ¡Scioli y Hugo Moyano!
Este fue el “punto G” del análisis político, el éxtasis total. Se frotaban las manos elucubrando la posibilidad de sumar a dos titanes peronistas en un frente anti K.
Hay que juntar todo, decían. Figuras que no provengan de la política exclusivamente, sino de gente conocida, para presentar desde el centro derecha una oferta electoral ganadora.
Esta honestidad brutal deja al desnudo dos cuestiones básicas: 1) que sólo hay dos proyectos de país, el que pintó Boudou y el que borronearon Grondona y Massot y 2) que aquellos que se quieran ir del kirchnerismo tienen todo el derecho a hacerlo, pero quien los espera afuera, en la intemperie total, no es Perón ni Irigoyen ni Lenin ni el Arcángel San Gabriel.
Es el trencito fantasma de Macri, Grondona, Venegas, Barrionuevo, Magnetto y de principal aliado internacional, David Cameron, el discípulo de Margaret Thatcher.
Y no digan después que no sabían.

El Argentino, martes 7 de febrero de 2012

3 comentarios:

apoo dijo...

Va a ser la union democrática de nuevo.-

profemarcos dijo...

La idea de voltear a Cristina es orgásmica para algunos...

Anónimo dijo...

Ese es el mejor aspecto de la libertad de palabra, de expresión y de prensa: permite que "cualquiera" diga lo que se le ocurra, sea atinado ó no, veráz ó no, tendencioso ó no.
Permite desnudar los sentimientos e intenciones a esos "cualesquiera", pero simultáneamente también permite su análisis y ponderación.

Saludos
Tilo, 70 años