viernes, 13 de noviembre de 2009
DALE UNA OPORTUNIDAD A LA PAZ
Así cantaba John Lennon, pidiendo al mundo una oportunidad que no sea violenta.
"Dos, uno, dos, tres, cuatro.
Todos hablan de mochilas, greñas, rollos, locos, harapos y marcas. De esto y aquello, modas, modas y más modas. Todos hablamos de darle una oportunidad a la paz…"
Cristina Fernández de Kirchner volvió a demostrar ayer que el kirchnerismo expresa un quiebre en la continuidad de aquella democracia débil, dócil y atada a la agenda que imponían los dueños del poder en la Argentina hasta el 25 de Mayo del 2003.
Desarmó el escenario del caos mediático que estaban montando, de un solo plumazo.
Le dio otra oportunidad a la paz, cuando los violentos preparaban los cubiertos para su festín.
Ese es el verdadero trasfondo que permite entender mejor el mensaje de paz, de gratitud a los trabajadores, de amor a la patria, que ayer se escuchó de sus labios al solicitar la postergación del acto convocado por la CGT para el 20 de Noviembre.
Igual que Néstor Kirchner en el período anterior, Cristina rompe los esquemas previsibles por quienes buscan torcer el rumbo de este proceso democrático.
La Presidenta salió jugando por el lateral donde el monopolio mediático no se lo esperaba.
Advirtió tempranamente que, tras la decisión de los trabajadores de manifestarse legítimamente en defensa de la voluntad popular y del gobierno democrático, todos los resortes de la provocación violenta se pusieron en acción.
¿O la tapa de Clarín del día de ayer no fue una muestra obscena de esta operación en marcha?. Se dirá que no es ninguna novedad. Y es cierto.
Pero alentar la división entre los trabajadores, estimular el caos permanentemente, favorecer el desarrollo de una espiral de violencia alentada por conspicuos dirigentes opositores, sembrar un clima de crispación en un país con tantos dolores en su historia y hacerlo cuando se recupera día a día el orgullo de ser un mismo pueblo y una misma nación, es como mínimo una obscenidad contra los intereses de la patria.
Y el primer interés de la patria es sin dudas, construir una sociedad de la paz, de la justicia, de la inclusión social, del desarrollo productivo.
Hay una frase tan bella como profunda de Anatole France que dice algo así: "afortunadamente, no tenemos que parecernos a nuestros retratos".
No repetirnos a nosotros mismos.
No abundar en los lugares comunes de esa tristeza que opaca las miradas.
Nutrirnos del pasado, pero no detenernos en él como estatuas de sal en el desierto.
La generación que protagoniza hoy los destinos del país, en toda su extensión y caudal, debería haber aprendido que el agua derramada ya no se puede recoger fácilmente.
Que es preferible una y mil veces no repetir las tragedias de nuestro pasado y que provocaron, por ejemplo, el irreparable dolor de los familiares y las Abuelas de Plaza de Mayo anunciando que la nieta identificada como número 99 es Mónica Santucho, de eternos 14 años, torturada y asesinada por los genocidas del terrorismo de estado.
A ese pasado, se le dijo nunca más para siempre.
Y hoy queda más claro que nunca que el garante de la paz, debe ser el pueblo, los trabajadores, los artistas, los profesionales, los humildes, los pequeños productores y comerciantes.
Los que no aman al pueblo sino que se sirven de él, los que atentan contra la vuelta del empleo solidario, contra la asignación universal para los hijos del pueblo, contra la democratización de la palabra, esos son los que hoy alientan el incendio.
Aunque lo hagan con un ramo de olivo entre las manos.
Decíamos en nuestra columna de ayer que "en los lúgubres rincones del desencanto opositor, están soplando la fogata del caos en las callecitas de Buenos Aires. Estemos atentos. Pero tranquilos, no pasa nada.
Siempre y cuando no pisemos el palito"
Y no lo hicimos. El timón de la nave mayor está en manos firmes.
Los que azuzan el desencanto con sus odios, quedaron en orsay una vez más.
Pero a no bajar la guardia, que ese odio seguirá acechando.
Jorge Giles. El Argentino. 13.11.09
http://www.elargentino.com/nota-65749-Dale-una-oportunidad-a-la-paz.html
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1 comentario:
Hola Jorge. Me gusta mucho su texto (relato?). Un poco épico, como todo relato que apela a la grandeza, a la esperanza y que le habla al pueblo. Me gusta.
Saludos
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