martes, 24 de noviembre de 2009

DONDE HAY UNA NECESIDAD, HAY UN DERECHO


La Presidenta tomó las tarjetas entre sus manos y mostrándolas de cuerpo entero, dijo que allí estaba plasmado un derecho universal para nuestro pueblo y que con esas tarjetas de la ANSES que llegarán al domicilio de cada familia, se erradicará cualquier posibilidad de usufructo clientelar.
No hay intermediarios. No hay dueños de la vereda. Ni patrones de estancia que digan este sí y este, no.
Allí están presentadas 2.689.500 garantías de pago genuino y directo para, exactamente, la misma cantidad de pibes.
¿A esto seguirán llamándole “clientelismo”?
Allí donde hay una necesidad, hay un derecho, proclamó Evita por los siglos de los siglos.
Esa es la fuente en la que hay que beber en estos tiempos de cambio.
No en el consignismo facilista de los que terminan usando el dolor de los pobres para hacer su propio clientelismo.
Se vistan con el traje que se vistan.
A un pibe del pueblo, le corresponde de hoy en más una tarjeta con la que sus padres cobrarán la Asignación Universal por Hijo, desde el primer día de diciembre, cuando se pondrá en marcha el capítulo central de esta revolución en paz, en el territorio más profundo, allí donde el hambre viene golpeando desde hace mucho tiempo.
Allí donde se edifican los dolores y las desesperanzas de los que nada tenían que perder. Hasta ahora.
Pero los que buscan frustrar este camino, seguirán con su retahíla de odios y desencantos.
La Presidenta les pidió en el mismo acto que revisen algunos conceptos y que sean un poco más compasivos con los compatriotas más empobrecidos por el neoliberalismo que dejamos atrás.
Y hace bien en pedirlo una vez y diez y tantas veces fuese útil y necesario hacerlo.
Pero mucho tememos que el odio seguirá. Viene de muy lejos el asunto.
Si no tienen pudor para editar un número especial anunciando la muerte inexistente de un ídolo popular, y esconderla rápidamente al comprobarse que está más vivo que todos.
Si no tienen escrúpulos para reconocer como lo hicieron ayer, que ejercen el cinismo de la mentira y que bombardean todos los días con las pálidas líneas del “está todo mal”, que aceptan su impericia y su dañina mala fe.
Si dejaron de ser periodistas para convertirse en las tristes bocinas de los monopolios. Pues, permítasenos el derecho a desconfiar de todos ellos.
Joan Manuel Serrat, el más argentino de los españoles, los pintó muy bien cuando les dedicó “Entre esos tipos y yo hay algo personal”
Son los tipos que entienden la vida con la calculadora entre ceja y ceja.
La democracia, de generosa que es, también los contempla adentro. Pero no para que vuelvan a imponer el hambre de la exclusión social, ese que Miguel Hernández nos sigue recordando desde la universalidad de su poesía tan honda y dolorosa:
“Tened presente el hambre, recordad su pasado, turbio de capataces que pagaban en plomo. Aquel jornal al precio de la sangre cobrado, con yugos en el alma, con golpes en el lomo. Los años de abundancia, la saciedad, la hartura, eran sólo de aquellos que se llamaban amos. Para que venga el pan justo a la dentadura del hambre de los pobres, aquí estoy, aquí estamos. Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente, los que entienden la vida por un botín sangriento: como los tiburones, voracidad y diente, panteras deseosas de un mundo siempre hambriento”
Y termina sus versos diciendo “Ayudadme a ser hombre, no me dejes ser fiera, hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente. Yo, animal familiar, con esta sangre obrera, os doy la humanidad que mi canción presiente”.
Esta y no otra es la hondura de nuestros desvelos.
Y también es parte de la Hoja de ruta mencionada por Cristina cuando, en nombre de los argentinos todos, habló de la paz, ayer, con el Presidente palestino que anduvo entre nosotros.
La historia enseña que cuando los pueblos custodian la justicia social que conquistan, la vida de una nación está asegurada.
Cuando así no ocurre, los lobos acostumbran a salir de sus madrigueras.
Para pensarlo juntos.

Jorge Giles. El Argentino. 24.11.09
http://www.elargentino.com/nota-66974-Donde-hay-una-necesidad-hay-un-derecho.html

No hay comentarios: