viernes, 26 de junio de 2009
VOZ DEL PUEBLO, VOZ DE DIOS
Se terminó la campaña electoral.
Una multitud en La Matanza junto a Kirchner y Cristina. Y reuniones ampliadas, en los actos opositores.
Nos ponemos de pie, para escuchar la voz del pueblo, que es la voz de Dios.
Este pueblo es el que entra en estado de vigilia para determinar su voto el próximo domingo.
Que no lo asusten los fantasmas del pasado con sus aullidos de “fraude”, cuando son ellos los que cometen fraude ideológico, yendo de privatistas a presuntos “estatistas”.
Ha sucedido, sobre el último minuto, una revolución en democracia: finalmente alumbró la verdad sobre los dos modelos en disputa.
Tanto que lo negaron. Pero allí están.
De un lado, el modelo nacional del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Del otro, el de los opositores.
Es el momento de juzgar el trazo grueso de cada proyecto político. Los matices, lo seguimos discutiendo el lunes 29.
Desde un principio Néstor Kirchner, Scioli, Heller, plantearon convencidamente que estaba en juego el modelo de país.
¿Qué respondieron los opositores? Que apenas eran unas elecciones legislativas más. Y sumaron el intento proscriptivo contra lo que llamaron “candidaturas testimoniales” del oficialismo.
Mientras Kirchner convocaba a discutir lo que hizo hasta acá el modelo gobernante desde el 2003, más todo lo que falta por construir hacia adelante, la oposición esquivaba ese debate, perdiéndose en los laberintos de los modales.
Hasta que habló Mauricio Macri y saltó la liebre.
Reivindicó las políticas neoliberales y confesó que, si ganan ellos, volverían a privatizar Aerolíneas, Aguas argentinas y las Jubilaciones públicas para recuperar los negocios de las AFJP. Pintó de cuerpo entero el otro modelo del país achicado y empobrecido que nos legó Menem, De la Rúa y los grandes medios de incomunicación.
De Narváez reafirmó lo dicho por su socio. Apoyó las privatizaciones y agregó que había que ajustar y recortar el gasto de las obras públicas.
Léalo de nuevo, por favor.
Contaron con la animación del dirigente agropecuario de la Mesa de Enlace y simpatizante todo terreno del Pro y el Acuerdo Cívico, Alfredo De Angeli, que propuso arrear a los peones del campo para llevarlos a votar por sus candidatos.
También contaron con la insistencia del candidato de Elisa Carrió, Prat Gay, en instar y pronosticar el enfriamiento de la economía, aplicar un impuestazo y volver a endeudar el país con el FMI.
Pero sus asesores de imagen bajaron línea a las corridas y allá salió De Narváez a contradecirse brutalmente, declarando que había que “estatizar” todos los servicios públicos.
Léalo de nuevo, por favor.
Gabriela Michetti y el propio Macri, con disimulo, lo desmintieron, pero ya era tarde.
Qué decir de las reyertas permanentes entre el no leal Cleto Cobos, los radicales bonaerenses y Carrió.
En el mismo lodo, todos manoseados.
Esos son los opositores que expresan hoy el modelo de ajuste y exclusión social.
A tal contenido, tal envase.
Después de tantos dolores, los argentinos aprendimos a valorar el rumbo de los vientos.
A observar hacia donde soplan los vientos de la historia y decidir en consecuencia.
Es absolutamente legítimo que usted critique muchos aspectos del Gobierno, pero haciendo un sincero ejercicio de memoria, seguramente coincidirá en aceptar que ninguna de las predicciones apocalípticas de la oposición se cumplió y que sin prometer, el Gobierno hizo lo que se propuso hacer. Felizmente para todos los ciudadanos.
Tenemos luz, agua, derechos humanos garantizados, tenemos Estado, un proyecto político autónomo como país, un Gobierno integrado al mundo y a Latinoamérica, el mayor presupuesto educativo de la historia, tenemos nuevamente en casa a Aerolíneas y a nuestras Jubilaciones, obras públicas, cuatro millones de empleos recuperados.
Y usted sabe que es así, aún sabiendo que es mucho más lo que falta para profundizar este modelo de desarrollo y redistribución del ingreso.
Los vientos de este proyecto de país soplan en la misma dirección de la historia. Y eso hay que saber defenderlo, luchando y votando hacia allá, hacia los sueños, hacia las utopías, hacia la alegría, hacia donde van los vientos de un país más justo y mas digno de ser vivido.
Que la memoria nos alumbre este domingo, para seguir avanzando.
(Jorge Giles. El Argentino. 26.06.09)
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