jueves, 18 de junio de 2009

A CONFESIÓN DE PARTE, RELEVO DE PRUEBAS


Confesaron, al fin lo hicieron. Los opositores unificaron su discurso y todo quedó más claro. El vocero fue Mauricio Macri, disparando munición gruesa contra el Gobierno nacional, contra la recuperación de Aerolíneas Argentinas, contra la jubilación de nuestros queridos viejos y contra la unidad latinoamericana sostenida en estos años.
Macri, De Narváez y Carrió piensan semejante.
La novedad es que ahora confesaron, sin pelos en la lengua, que buscarán la vuelta del modelo que defendieron con Carlos Menem y después con De la Rúa.
“Basta de Estado, que vuelva el Mercado”, es su consigna.
Busque esas declaraciones si prefiere no guiarse por esta humilde prosa. Léalas por favor. Le están proponiendo volver al 2001. Aunque para seducir incautos, hablan como si fueran ángeles escapados de un paraíso perdido, tiernos candidatos devenidos en profetas eyectados de un mundo que voló por los aires.
Ellos lo saben. Por eso intentan atrapar un voto más para volver al jolgorio neoliberal donde se enriquecieron, a costa de millones que se empobrecieron.
“Vienen por mi voto”, me dice sabio y burlón, un parroquiano que los mira por la tele. Y le hace un digno corte de manga a la pantalla.
De vez en cuando es necesario endurecer la bondad y poner en remojo la memoria para no extraviar el camino.
No hay que olvidar que fueron ellos los culpables de tanto dolor popular. Los que nos despojaron de los trenes y los barcos y los aviones de Aerolíneas. Los que dijeron alguna vez que nos cortarían en pedazos y sin anestesia para que las cuentas cierren. Nos mutilaron las alas que nos unían por historia a los pueblos latinoamericanos, a cambio de indignas relaciones carnales con los guardianes del mundo. Fueron ellos. Los mismos que hoy vemos en la tele travestidos de “nuevos”.
Quieren volver nuevamente.
Son los que nos robaron los ahorros de los trabajadores y los entregaron a los delincuentes de guante blanco de las Afjp. Son los que nos quebraron el derecho a una jubilación digna. Los que les rebajaron un 13 % a nuestros abuelos y los trabajadores. Nos dejaron en la intemperie del desempleo más cruel que registra la memoria colectiva. Permitieron que los asesinos y genocidas quedaran en libertad, los indultaron, los premiaron, los escondieron de la justicia.
Son los huérfanos de Cavallo y Martínez de Hoz que impusieron un corralito para nosotros mientras se ellos se tomaban el buque. O el helicóptero, de acuerdo a la ocasión.
Esos tipos ordenaron reprimir a palazos a las Madres del pañuelo blanco y matar a los pibes y a los trabajadores que salieron a las calles, a las plazas, a los puentes a repudiar al neoliberalismo que nos hundía desde el golpe del 76.
Ellos fueron y lo sabemos todos.
Somos todos inocentes hasta que no se demuestre lo contrario.
Todos, menos ellos.
Esos que tienen carné de impunidad, con nombres y apellidos de ricos y famosos, los que vendieron a la patria. Y todo por dos pesos. Muchos de esos tipos hoy son hombres de fortuna, millonarios de sonrisa fácil y buena digestión, en este país quebrado que nos dejaron después del gran incendio que provocaron en su fuga.
No estamos eligiendo sólo una lista de candidatos legislativos. Estamos eligiendo el modelo de país.
Macri, que lo sabe bien, habló y encolumnó a su tropa.
Dicen que los rapaces también tienen memoria y por eso vuelven al lugar del crimen.
Por fin reconocen que el 28 de junio se enfrentan dos modelos de país.
El de la derecha neoliberal, ayudada por los colaboracionistas que socavan por “izquierda” (y al que le quepa el sayo que se lo ponga) y el modelo gobernante que ayer entregó los primeros 61 mil títulos primarios y secundarios del Plan Fines, para jóvenes y adultos, en manos de la Presidenta de la Nación.
La batalla electoral es dramática por que hay dramas sociales por mitigar.
Pero hay que ir a la pelea, cantando. Como lo hacen los pueblos cuando elijen su destino.
Hay que tener memoria. Con eso alcanza. No hay que guardar rencor. Sólo indignación. Los injustos, los traficantes de lodo, los culpables de nuestras antiguas tristezas, son los que odian y ajustan para abajo cuantas veces les convenga.
No hay nada que temer. En la profundización del modelo nacional y popular, está el porvenir que este pueblo se merece por derecho propio.



(Jorge Giles. El Argentino. 18.06.09)

3 comentarios:

todoscontramauricio dijo...

Estimado Compañero:
Excelente nota. Nos tomamos la licencia de utilizar la imágen para nuestro blog.
Gracias y saludos.

Anónimo dijo...

La clase media quiere volver al 2001, o al menos una gran parte. Se van a cagar de hambre, de miedo, de sed, pero todo va a ser mas paquete aunque sea para poquitos y ellos miren la fiesta desde afuera.
Estamos cagados, no es un problema de candidatos, el problema está en la gente, Y algún problema hay también en no encontrar la manera de comunicar algunas cosas importantes. Indudablemente el mercado sabe utilizar el marketing mucho mejor q es estado.

El Izquierdista dijo...

Estimado: Lo felicito por el post. Ahora más que nunca el pueblo que quiere un país para todos no tiene que enfrentarse entre sí, donde el verdadero enemigo se frota las manos. Y eso que como usted dice, ya se sacaron las caretas. Falta mucho, y el drama social es enorme, pero de lo que estamos seguros es que los que están enfrente nunca tendrán respuestas. Aún con la desinformación actual. Un Abrazo fuerte