miércoles, 3 de junio de 2009

NO SE TRATA DE VIVIR DE CUALQUIER MODO

El mundo está conmovido por la tragedia aérea en aguas del Atlántico. Saber de la presencia de dos ciudadanos argentinos aumenta el dolor entre nosotros, lo hace más cercano, le pone rostros a la muerte. Nos estremece profundamente saber de los mensajes desesperados y angustiantes del último segundo. Hay quien escribió desde su celular “Te amo” y hay quién sólo pudo decir a distancia “Tengo miedo”.
Suele ocurrir así en los momentos límites de los seres humanos, cualquiera sea la circunstancia del final.
Cuentan que uno se llena de una paz infinita que lo hace amar sin límites ni contemplaciones, como queriendo, quizás, volverse eterno en un último mensaje de amor, quedarse entre los suyos, aferrarse a un motivo trascendente, escaparse de allí con el alma, envuelto en la bandera que eligió para vivir. Y morir.
O llenarse de un miedo indescifrable, incomprensible y letal. Absolutamente humano.
¿Vale en una columna como ésta dimensionar la vida en su integridad? ¿Vale expresar un dolor que no nos resulta ajeno aunque no tengamos cercanías con los pasajeros de la tragedia?
Claro que vale. Porque al fin y al cabo la vida es una sola, con sus matices, alegrías y sinsabores. Vale además, por que justificamos nuestro paso terrenal queriendo dignificar la vida, dándole una razón, un sentido.
No se trata de vivir de cualquier modo. Y quizás, por que en estos asuntos donde se camina por los estrechos bordes que separan la vida de la muerte, no importe tanto como pensemos en el detalle de cada instancia. Importa el todo en su conjunto.
En estos días que afrontamos los argentinos, es posible advertir una divisoria de aguas entre quienes apuestan por un modelo de país que agranda los espacios de vida y otro modelo que lo achica. Ambas actitudes, están en la naturaleza de cada modelo.
En estos días, sigue la vida con sus circunstancias profundas y cotidianas, donde todo se mezcla pero no se confunde, aunque haya maestros del terror para intentar confundirnos.
Damos vuelta la página y vemos que no se terminaron aún los ecos de las rencillas internas entre Solá, Macri y De Narváez, cuando nos informamos ayer de un choque político frontal entre la UCR bonaerense y el partido “Confe” de Julio Cobos. Los radicales partidarios presentaron ante la justicia electoral, un pedido para que se excluya a los radicales cobistas de la Coalición cívica liderada por Carrió, Stolbizer y otros.
Papelón total. Que a menos de un mes de las elecciones muestren estas hilachas, es la prueba que ni el espanto los puede unir. Menos mal que ya no gobiernan.
En el Parlamento, en tanto, los macristas juntaron fuerzas contra Venezuela, exigiendo la ruptura mercosureña de Argentina con el hermano país. ¿Se olvidaron que hace tiempo las decisiones soberanas se adoptan democráticamente por el Gobierno nacional en unidad con los Gobiernos latinoamericanos?
Superamos, desde la presidencia de Néstor Kirchner en adelante, las medidas espasmódicas que antes se tomaban de acuerdo al humor de los empresarios poderosos, como algunos de los que se manifestaron ser muy del “Pro” en esa reunión.
Sigamos. Se conocieron declaraciones de un candidato entrerriano del Acuerdo de Carrió y los radicales, proponiendo “cortarles las manos a los Kirchner”. Se llama Jorge Chemes.
Ahí están los opositores. No hay que dejar que pasar estas aberraciones en un país donde se siguen encontrando al día de hoy las identidades de los compatriotas desaparecidos en tiempos de la dictadura sangrienta que tuvo como cerebro a un símbolo de la patronal rural, Martínez de Hoz.
Tampoco hay que dejar pasar el resentimiento que destilan Hugo Biolcatti y Eduardo Buzzi, criticando las agresiones violentas contra el Gobernador Scioli y el Diputado Rossi pero justificando a renglón seguido las manifestaciones contra los legítimos actos de campaña de aquellos que ejercen su derecho a ser elegidos.
El próximo 28 también se dirime una concepción de la vida y la democracia. Y es de toda justicia anhelar que no se imponga el odio de los que conciben a la democracia, como un campo de pastoreo para sus rebaños o un silo bolsa para la soja acumulada.
No hay que achicar la democracia, como pretenden los impugnadores de siempre.
Hay que agrandarla y profundizarla para que entren todos, menos los genocidas y los mafiosos.
(Jorge Giles- El Argentino, 03.06.09)

No hay comentarios: