El país de los argentinos quedó cruzado, no por uno sino por varios tajos, lo que hace avizorar un final incierto. Si pierde el oficialismo ¿quién gana? ¿Dónde está un nuevo liderazgo y una alternativa superadora? ¿La derecha lo tiene? ¿La reprivatización y la vuelta a las políticas neoliberales lo son?
Sabemos que no.
Néstor Kirchner y Daniel Scioli pusieron el cuerpo y el alma en la provincia de Buenos Aires. Con su pelea, el modelo nacional y popular del Gobierno de Cristina enfrentó dignamente su mayor desafío político, enfrentando un abanico de fuerzas de derecha repartido entre el macrismo y los resabios de lo que fue la Alianza gobernante hasta el 2001.
A lo largo de todo el país, el Frente para la Victoria disputaba en la mayoría de las provincias mientras las expresiones partidarias que responden Macri y Carrió, festejaban pero sin consolidar un espacio institucional que los posicione como alternativa superadora.
Gran parte de los grandes medios de comunicación jugó descaradamente su partido a favor de la oposición. Ayer fue elocuente el partidismo manifestado por columnistas al tomar una decidida posición contra el Gobierno y sus candidatos.
La fuerza conducida por Kirchner llegó a este duelo electoral llevando consigo los resultados más trascendentes de su gestión gubernamental, por un lado, y por otro, los jirones que les dejó la larga batalla por la redistribución del ingreso con la Mesa de enlace patronal.
En la Capital Federal el núcleo duro de la derecha representado por Macri esperaba un triunfo arrollador. ¿Lo fue? Objetivamente pareciera que no, si cotejamos los pronósticos que otorgaban con antelación una cifra mucho mayor a Unión- Pro.
Otros datos significativos son la derrota porteña del Acuerdo cívico radical de Elisa Carrió, una de las figuras que se proyectaba para las presidenciales próximas y la irrupción del conglomerado representado por Pino Solanas.
Este resultado deja dañada la representatividad de Carrió, en orden a su ambición presidencial.
La reñida votación a lo largo y ancho del país, deja al descubierto una sociedad tironeada por dos fuerzas contrarias, casi antagónicas.
La fuerza que se expresa en las políticas de inclusión social del Gobierno nacional y aquella que representa claramente al modelo neoliberal privatizador de Francisco de Narváez y Macri.
Quedará para el anecdotario de la historia la paciencia de un gobierno democrático para con su propio Vicepresidente de la Nación, que vergonzosamente encabeza un sector de las fuerzas opositoras que enfrentaron al oficialismo en la provincia de Mendoza. Es muy posible que alrededor de su figura se vaya juntando de ahora en más la diáspora radical.
La oposición precisaba ganar estas elecciones como una manera de institucionalizar, a través de las urnas, aquel resultado que les permitió derrotar la resolución 125 en el Senado, con el voto de desempate desleal de Cobos.
Unos últimos apuntes al calor de una larga y fría noche de escrutinio.
Reafirmar el triste rol de los grandes medios a manera de un gran partido político opositor. Igual papel les cabe a los patrones rurales, que montaron su propio bunker para mostrar que ellos son la vanguardia del viejo modelo que representa la oposición. Otro apunte es la conmoción y el dolor que nos provoca el golpe de estado en la hermana República de Honduras, una herida que nos parecía ya parte de la prehistoria de esta nueva América Latina y sin embargo nos abofetea justo en un domingo de democracia al sur del continente.
Remarcar la absoluta normalidad de los comicios, pese al intenso frío de la jornada y los temores generados por la comúnmente llamada “gripe porcina”. Lejos quedaron las denuncias de “fraude” de los opositores, artera maniobra de campaña que desluce a los opositores en tanto manosea al sistema democrático en su conjunto.
Ahora sí, quedó configurado un nuevo mapa político entre los dos modelos de país sobre el que los argentinos construirán su propio destino.
Es la verdadera madre de todas las batallas con doscientos años de historia, que parece no querer finalizar.
El modelo de nación que encabezan Cristina y Néstor Kirchner, seguramente respetará el lugar que le asigna la voluntad popular, pero en nombre de esos millones de argentinos que lo votaron, deberá dar el presente a la hora de seguir construyendo un país con memoria, más inclusivo y más digno.
(Jorge Giles. El Argentino. 29.06.09)
1 comentario:
"la madre de todas las Batallas"
Como bien dice usted hemos perdido una batalla pero no la guerra por la Liberación.
La mirada es ahora hacia adentro del movimiento sabiendo como decia la compañera Evita que los traidores tambien estan dentro de nuestras filas.
Si, fue un domingo frio y lluvioso lleno de tristeza para todos los militantes que venimos poníendo alma,corazón y garra en pos de un modelo de pais para el conjuno del campo popular.
Pero los militantes que sabemos que la lucha siempre es poca en pos de los resultados concretos de la política, seguiremos en cada uno de nuestros espacios generando los consensos necesarios y la concientización de que "otra Argentina es posible " a pesar de los reveces electorales.
En cada Barrio, en cada Escuela, en cada Organización, seguiremos transmitiendo la importancia de avanzar y profundizar, como bien lo sostuvo Nestor,un país con una real redistribución de la riqueza.
O ¿como cree Pino que logrará lo que se propone? ¿solo generando leyes sin sustento concreto?¿Priorizando su personalismo?
En fin compañeros la lucha recien empieza a transitar los caminos mas sinuosos; y alertas sortearemos uno a uno los obstáculos.
Porque :
"la Patria Existe y la Liberación es posible"
Un abrazo cordial.
Marcela Alejandra Rojas
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