Pocas horas antes del viaje previsto a Catamarca, el Presidente del Partido Justicialista, Néstor Kirchner, leyó las últimas encuestas que le habían acercado, pronosticando el resultado de las elecciones provinciales. Eran adversas para el frente provincial, en la que participaban militantes de su movimiento. Quienes lo acompañaban, sabían que no podían esperar de su parte un comentario derrotista. Alguno quizás imaginó la conveniencia de repensar su presencia en el acto de cierre, previsto para ese jueves 5 de marzo. Nadie acude a una cita, sabiendo anticipadamente que pueden acosarlo los cuchillos de una derrota. Hay que cuidar la imagen, se sabe. Para qué arriesgarse. Los pensamientos iban y venían en el aire cálido de esa mañana. Pero Kirchner continuó con sus tareas habituales, y cuando llegó la hora de partir, no dudó y marchó de inmediato hacia el aeroparque, rumbo a San Fernando del Valle de Catamarca. No era una disputa nacional. Pero la palabra es la palabra, dijo.
En simultáneo, dos conocidos referentes justicialistas de esa provincia, Ramón Saadi y Luis Barrionuevo, pese a decirse parte de ese mismo y circunstancial espacio electoral, cometían un acto que alguien catalogó como una traición brutal, haciendo campaña públicamente, a favor de la derrota de las huestes que nominalmente debían representar. Hay traiciones chiquitas, pero las grandes traiciones son patrimonio de gente versada en esas lides.
Los simpatizantes, los militantes y el ex Presidente de la Nación, se cargaron al hombro la disputa, sin especulaciones y con una voluntad a prueba de deslealtades y mediciones previas.
Esto es lo que resulta imposible de comprender por los sesudos analistas políticos de los medios tradicionales. Para ellos, resulta incomprensible una conducta a contramano de lo “políticamente correcto”. Si todos los políticos son especuladores y oportunistas, ¿por qué estos no lo son? ¿Por qué ponen la cara cuando sabían que les iría mal a sus compañeros?
Sólo intentamos abordar estas cuestiones desde una mirada diferente. Tratando de desentrañar, por ejemplo, los motivos que los llevan a titular con letras de moldes este resultado catamarqueño como si fuese el principio del fin de la actual gestión. Algunos se adentran en la irrespetuosidad, lisa y llanamente. Y ni qué decir de la subjetividad y parcialidad desboscada que exhiben a la hora de calificar las conductas políticas de los máximos dirigentes del proyecto gobernante. Habría que recordarles que son dirigentes de la democracia, votados a veces holgadamente, otras no tanto. Pero en democracia. Cabe preguntar a estos periodistas antioficialistas, que si afirman que es el principio del fin de una fuerza que obtiene el 34 % de los votos, ¿qué será entonces de las filas de la Coalición de Carrió que apenas rozó el 3 % ?
Uno de ellos, el analista político del diario La Nación y del noticiero televisivo del grupo Clarín, Joaquín Morales Solá ¿habrá tenido las mismas palabras destempladas e irrespetuosas, que hoy tiene con el gobierno democrático, frente al genocida Antonio Domingo Bussi, cuando brindaban por el éxito del “operativo independencia” que asesinó, desapareció, torturó y encarceló a centenares de ciudadanos tucumanos durante la dictadura?
Nadie desea exhumar el pasado de nadie por delicia personal. Pero si no hacemos memoria, algunos, como Elisa Carrió, seguirán graciosamente dictando cátedras de moral republicana después de haber sido funcionarios de la dictadura.
Además de estos escribas “intachables”, a quienes algunos políticos nativos le rinden pleitesía en cada entrevista como si estuviesen ante deidades de la democracia, algunos opositores aprovecharon la volada y empezaron a hablar con tonada catamarqueña. Pero, el oportunismo no es noticia. Un eufórico Gerardo Morales decía que a partir de este resultado, el gobierno debe “cambiar el rumbo” ¿Qué quiso decir? Que con el respetable 0, 90 % del electorado nacional, Catamarca define el destino de todos los argentinos. Semejante desenfreno sólo es explicable en alguien que también parece olvidar su pasado, como Ministro de Fernando de la Rúa.
Si fueran un poco más serios y más tolerantes, el país democrático se los agradecería.
En simultáneo, dos conocidos referentes justicialistas de esa provincia, Ramón Saadi y Luis Barrionuevo, pese a decirse parte de ese mismo y circunstancial espacio electoral, cometían un acto que alguien catalogó como una traición brutal, haciendo campaña públicamente, a favor de la derrota de las huestes que nominalmente debían representar. Hay traiciones chiquitas, pero las grandes traiciones son patrimonio de gente versada en esas lides.
Los simpatizantes, los militantes y el ex Presidente de la Nación, se cargaron al hombro la disputa, sin especulaciones y con una voluntad a prueba de deslealtades y mediciones previas.
Esto es lo que resulta imposible de comprender por los sesudos analistas políticos de los medios tradicionales. Para ellos, resulta incomprensible una conducta a contramano de lo “políticamente correcto”. Si todos los políticos son especuladores y oportunistas, ¿por qué estos no lo son? ¿Por qué ponen la cara cuando sabían que les iría mal a sus compañeros?
Sólo intentamos abordar estas cuestiones desde una mirada diferente. Tratando de desentrañar, por ejemplo, los motivos que los llevan a titular con letras de moldes este resultado catamarqueño como si fuese el principio del fin de la actual gestión. Algunos se adentran en la irrespetuosidad, lisa y llanamente. Y ni qué decir de la subjetividad y parcialidad desboscada que exhiben a la hora de calificar las conductas políticas de los máximos dirigentes del proyecto gobernante. Habría que recordarles que son dirigentes de la democracia, votados a veces holgadamente, otras no tanto. Pero en democracia. Cabe preguntar a estos periodistas antioficialistas, que si afirman que es el principio del fin de una fuerza que obtiene el 34 % de los votos, ¿qué será entonces de las filas de la Coalición de Carrió que apenas rozó el 3 % ?
Uno de ellos, el analista político del diario La Nación y del noticiero televisivo del grupo Clarín, Joaquín Morales Solá ¿habrá tenido las mismas palabras destempladas e irrespetuosas, que hoy tiene con el gobierno democrático, frente al genocida Antonio Domingo Bussi, cuando brindaban por el éxito del “operativo independencia” que asesinó, desapareció, torturó y encarceló a centenares de ciudadanos tucumanos durante la dictadura?
Nadie desea exhumar el pasado de nadie por delicia personal. Pero si no hacemos memoria, algunos, como Elisa Carrió, seguirán graciosamente dictando cátedras de moral republicana después de haber sido funcionarios de la dictadura.
Además de estos escribas “intachables”, a quienes algunos políticos nativos le rinden pleitesía en cada entrevista como si estuviesen ante deidades de la democracia, algunos opositores aprovecharon la volada y empezaron a hablar con tonada catamarqueña. Pero, el oportunismo no es noticia. Un eufórico Gerardo Morales decía que a partir de este resultado, el gobierno debe “cambiar el rumbo” ¿Qué quiso decir? Que con el respetable 0, 90 % del electorado nacional, Catamarca define el destino de todos los argentinos. Semejante desenfreno sólo es explicable en alguien que también parece olvidar su pasado, como Ministro de Fernando de la Rúa.
Si fueran un poco más serios y más tolerantes, el país democrático se los agradecería.
6 comentarios:
Interesante tu post.
Sólo me pregunto:
Si no era importante este 0.9%, para qué mandó a toda la plana mayor de la ayuda social ?????
Para que regalaban electrodomésticos, pcs, cocinas, chapas, cemento, etc ????
No me para perece que la cuestión pase únicamente por un mejor comportamiento democrático (los que le niegan un avión a Cobos !!!)
Si no, disminuir el nivel de hipocresía.
A tus órdenes.
Jorge: En octubre en Catamarca se ponen en juego 3 dipuatdos nacionales y 3 senadores. Con estos números metemos uno y uno y se mueren Saadi y Barrionuevo (no renuevan ni a palos). El tema es que no nos quieren dejar llegar a octubre pero no les va a ser fácil.
Saludos.
Una pequeña, pero no menor, corrección.
Cuando se refiere al general de ocupación en Tucumán - bussi - olvidó incluir un verbo en el listado de sus proezas. Le faltó "robó" - algo que no viene mal recordar ahora que se ve tanta nostalgia por "joyas" como ese miserable.
Saludos.
ram
Jorgito, sabe una cosa? Usted es un fenómeno.Gracias por todo.
PD : no perderse el apaleamiento a Lulú a manos de Randazzo.
http://www.dailymotion.com/user/REGISTROMUNDO/video/x8mgrp_randazzo-catamarca-y-soja_people
entren a catamarcaya.com ahi ahy un ringtone del bombon mercado y la lucia esta para reirese todo el dia
Son una verguenza.
Hasta al intendente de Jose c Paz mandaron a comprar votos.
Muchachos, la gente ya se avivó,en octubre va a pasar lo que tiene que pasar: VAN A PERDER!
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