Parece que entramos en tiempo de vísperas. Todo se acelera. Se compone y se descompone. Se construye y se desconstruye. O avanzamos hacia el paraíso o retrocedemos al infierno tan temido. Los hechos se suceden vertiginosamente. Las minorías enfrentan sin rubor alguno, la voluntad popular de las mayorías. En las calles, los cruzados de la pena de muerte desfilaron en nombre de la “seguridad” y la “antipolítica”, estimulados por ricos y famosos. Y por algunos canales de televisión. En el Congreso de la Nación, un diputado le espetó en la cara a Patricia Bulrrich, “atorranta”. En los pasillos, en un remedo de tejerazo rural, Alfredo de Angeli patoteaba a los legisladores ante las cámaras de TV para que voten la anulación de las retenciones a la soja. ¿No sabrá que la Constitución Nacional dice que los diputados son representantes del pueblo y no del “campo” ni de ninguna otra corporación, como él pretende?
El movimiento popular sigue siendo un gigante miope e invertebrado; condición que no le impide avanzar por los caminos que se propone. Siempre fue torpe para manejarse con las corporaciones del poder. Le sobra vocación para construir la paz, pero le falta motricidad fina para el negocio político. Cuando sus intereses son representados cabalmente, avanza. No tiene complejos de inferioridad, aunque calce zapatillas para entrar a los palacios de la república. Por eso se alegra cuando se llama a votar. Está en su génesis. Desde Hipólito Irigoyen y Juan Perón en adelante.
Los diputados votaron ayer a favor del proyecto oficial para adelantar las elecciones y plebiscitar el modelo de desarrollo con inclusión social. En La Plata, la Presidenta y el titular del COMFER, Gabriel Mariotto, anunciaron el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que sepultará la ley de la dictadura sobre radiodifusión. Los dinosaurios saben ahora que una nueva era ha comenzado en la Argentina. De ahora en más, todas las voces, todas. La democracia y la cultura popular obtendrán definitivamente su merecido DNI.
La campaña opositora contra el gobierno nacional arrancó el mismo día que los patrones rurales empezaron a enfrentarlo. Con un nivel de confrontación sólo comparable al ejercido por las fuerzas democráticas contra la dictadura. Con un razonamiento binario dicen desde hace mucho tiempo que el gobierno democrático es su enemigo y que no le creen nada. No le discuten parcelas al oficialismo, le niegan su legitimidad.
Si lo que están en disputa son dos modelos de país, uno inclusivo socialmente y otro no, la salida democrática, pacífica y civilizada deberá expresarse con la convocatoria al voto popular. ¿Por qué se alarman tanto?
El sujeto social que sostiene a la oposición, en todas sus variantes, es la Mesa de enlace rural. Es la vieja derecha que se resiste a que se redistribuya el ingreso. Su voracidad no deja espacio a la neutralidad. Los que asientan sus poltronas en las bolsas de caudales y de soja, siempre se opusieron a democratizar el país. Tienen su historia. El diario Clarín del 5 de septiembre de 1980, en plena dictadura, titulaba en tapa “Galtieri habló de la sucesión presidencial. Lo hizo ante todos los generales en actividad”. Más abajo una enorme foto del ex general Harguindeguy, recibiendo a los dirigentes de la Sociedad Rural, con el título “Pide la Sociedad Rural que no se apresure una salida política”. Diez días después, la dictadura sancionaba la Ley de Radiodifusión. La que desde hoy tiene por fin su tiempo de descuento. Dijo entonces el dictador Galtieri que “las urnas están bien guardadas y van a seguir bien guardadas”. Y el diario La Nación en su editorial del 24 de marzo de 1981 despedía de la presidencia al genocida Videla diciendo textualmente “al cabo de cinco años hay un saldo de orden, de seguridad; de paz interna impuesta por la fuerza militar y abrumadoramente consentida por la civilidad. Videla vuelve a su hogar acompañado por el respeto y la consideración de cuantos han reconocido su honestidad y patriotismo”
Del país singular de los dictadores y sus cómplices mediáticos, al país plural de la democracia. Estamos en ese tránsito.
Por eso, y cuando los cambios son tan profundos, es la sociedad la que debe hablar. No hay que alarmarse, entonces, por los ruidos y las voces altisonantes de los que sólo saben oponerse. Porque como diría un catalán, la democracia no tiembla, está latiendo.
(El Argentino. 19.03.09)
El movimiento popular sigue siendo un gigante miope e invertebrado; condición que no le impide avanzar por los caminos que se propone. Siempre fue torpe para manejarse con las corporaciones del poder. Le sobra vocación para construir la paz, pero le falta motricidad fina para el negocio político. Cuando sus intereses son representados cabalmente, avanza. No tiene complejos de inferioridad, aunque calce zapatillas para entrar a los palacios de la república. Por eso se alegra cuando se llama a votar. Está en su génesis. Desde Hipólito Irigoyen y Juan Perón en adelante.
Los diputados votaron ayer a favor del proyecto oficial para adelantar las elecciones y plebiscitar el modelo de desarrollo con inclusión social. En La Plata, la Presidenta y el titular del COMFER, Gabriel Mariotto, anunciaron el proyecto de Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que sepultará la ley de la dictadura sobre radiodifusión. Los dinosaurios saben ahora que una nueva era ha comenzado en la Argentina. De ahora en más, todas las voces, todas. La democracia y la cultura popular obtendrán definitivamente su merecido DNI.
La campaña opositora contra el gobierno nacional arrancó el mismo día que los patrones rurales empezaron a enfrentarlo. Con un nivel de confrontación sólo comparable al ejercido por las fuerzas democráticas contra la dictadura. Con un razonamiento binario dicen desde hace mucho tiempo que el gobierno democrático es su enemigo y que no le creen nada. No le discuten parcelas al oficialismo, le niegan su legitimidad.
Si lo que están en disputa son dos modelos de país, uno inclusivo socialmente y otro no, la salida democrática, pacífica y civilizada deberá expresarse con la convocatoria al voto popular. ¿Por qué se alarman tanto?
El sujeto social que sostiene a la oposición, en todas sus variantes, es la Mesa de enlace rural. Es la vieja derecha que se resiste a que se redistribuya el ingreso. Su voracidad no deja espacio a la neutralidad. Los que asientan sus poltronas en las bolsas de caudales y de soja, siempre se opusieron a democratizar el país. Tienen su historia. El diario Clarín del 5 de septiembre de 1980, en plena dictadura, titulaba en tapa “Galtieri habló de la sucesión presidencial. Lo hizo ante todos los generales en actividad”. Más abajo una enorme foto del ex general Harguindeguy, recibiendo a los dirigentes de la Sociedad Rural, con el título “Pide la Sociedad Rural que no se apresure una salida política”. Diez días después, la dictadura sancionaba la Ley de Radiodifusión. La que desde hoy tiene por fin su tiempo de descuento. Dijo entonces el dictador Galtieri que “las urnas están bien guardadas y van a seguir bien guardadas”. Y el diario La Nación en su editorial del 24 de marzo de 1981 despedía de la presidencia al genocida Videla diciendo textualmente “al cabo de cinco años hay un saldo de orden, de seguridad; de paz interna impuesta por la fuerza militar y abrumadoramente consentida por la civilidad. Videla vuelve a su hogar acompañado por el respeto y la consideración de cuantos han reconocido su honestidad y patriotismo”
Del país singular de los dictadores y sus cómplices mediáticos, al país plural de la democracia. Estamos en ese tránsito.
Por eso, y cuando los cambios son tan profundos, es la sociedad la que debe hablar. No hay que alarmarse, entonces, por los ruidos y las voces altisonantes de los que sólo saben oponerse. Porque como diría un catalán, la democracia no tiembla, está latiendo.
(El Argentino. 19.03.09)
7 comentarios:
Bello título.
muy buen análisis, poesía y convicción, abrazo grande
Genial Jorge... como siempre, un fuerte abrazo.
Coco Plaza
Ídolo, maestro!
En qué escuela estudiaste?
Abrazos.
Me habla de la misma democracia que en su momento cuando al ex presidente K no le gustaba las opiniones de Eliaschev en Radio Nacional le voló el programa?, de la misma que sacó a Nelson Castro y su programa este año?, pero no jodamos, me parece ok que se cambie la ley ésta, estamos bien ahí, pero este gobierno no es precisamente la más bella expresión de democracia, ya de por si ganar las elecciones arrastrando un 30% de votos con el aparato partidario por el colchón y la chapa no es democrático, adelantar las elecciones bajo la ridícula excusa de la crisis no es democrático (y en su momento critiqué la decisión de Macri por el mismo tema, aunque Macri tenía otras razones y se venía hablando desde hacía bastante tiempo), como se comporta en el poder legislativo este gobierno no es democrático, no es democrático negar el quorum cuando la oposición pide seción especial, si total ustedes están seguros que van a ganar..., el campo no será democrático, la soc rural no será democrática, los militares no eran democráticos, pero ustedes tampoco lo son así como montoneros no lo era, usted GILES cada día está más patetíco en sus comentarios y lo peor es que haya gente que se los aplauda, así estamos, seguimos sin pensar y por eso tenemos los governantes que tenemos, el último que valió la pena (Frondizi, Illia quizás) lo sacaron por comunista!, ese si que tenía visión, Cristina con suerte si ve a 2 metros, que pena me da que haya tanta gilada dando vueltas y encima opinando.
Un placer, leer su mirada sobre estos momentos que nos tocan vivir. Seguí la presentación del proyecto de ley de medios por la tele y me emocionó mucho. Ojalá las bases sepan absorver el verdadero proyecto de país que se nos presenta y apoyar en las urnas una dirección definitiva.
Vita
Clarísimo. Me robo la frase del título que es la síntesis perfecta, pa' mi gusto...con permiso.
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