viernes, 6 de julio de 2012

Un niño juega en la vereda



El papá de Horacio era así de grande. Como él es ahora.
En cualquier dimensión con que lo midieras, era un grande.  
“A la noche te veo” me dijo al despedirme esa tarde de abril.
Veníamos de reírnos de nosotros mismos en las orillas de un río.  
A las corridas, con varias noches de insomnio, rumiando derrotas que atropellaban de prepo contra nuestro pueblo.   
Un niño juega en la vereda mientras nos despedimos y ríe.
Quizá verlo allí, tan solo y desamparado, pensé años después, nos salvó del último naufragio, el de la desesperanza.
Mientras los genocidas escuchaban ayer las condenas por el robo de niños durante la dictadura, 30 y pico de años después de aquella tarde, veo al Horacio hijo y me acuerdo del Horacio padre.  
En la hondura del proyecto político que gobierna la Argentina están la recuperación del ahorro de los trabajadores, de YPF, el desendeudamiento del FMI, la Asignación Universal, la unidad de América Latina y la vuelta de Malvinas a la agenda nacional.
Pocos de estos eslabones tienen la textura de la lucha por la verdad y la justicia de las Madres y las Abuelas.  
Es otra cosa distinta.
Es descubrirnos a nosotros mismos en el espejo colectivo de la verdadera historia.  
Es plantar raíces en la tierra y en el cielo.
Es juzgar sin venganzas.
Es amar a pleno.
Es traerlo a Néstor Kirchner como aquella tarde en la ESMA para que vuelva a decir lo que nos dijo cuando Juancito Cabandié lo miraba conmovido como si viera a su padre al lado suyo.
“Cuando recién veía las manos, cuando cantaban el himno, veía los brazos de mis compañeros, de la generación que creyó y que sigue creyendo en los que quedamos que este país se puede cambiar” arrancó Kirchner ese día y siguió: “Fueron muchas ilusiones, sueños, creímos en serio que se podía construir una Patria diferente y también cuando escuchaba a H.I.J.O.S. recién vimos la claudicación a la vuelta de la esquina. Es difícil, porque muchos especulan, porque muchos están agazapados y muchos esperan que todo fracase para que vuelva la oscuridad sobre la Argentina y está en ustedes que nunca más la oscuridad y el oscurantismo vuelvan a reinar en la Patria…Hablemos claro: no es rencor ni odio lo que nos guía y me guía, es justicia y lucha contra la impunidad. A los que hicieron este hecho tenebroso y macabro de tantos campos de concentración, como fue la ESMA, tienen un solo nombre: son asesinos repudiados por el pueblo argentino”.
En un momento sentí que Chacho Pietragalla, los padres de Juan, la mamá de Francisco Madariaga, Oscar Smith y los treinta mil andaban entre los pibes que, con sus nuevas banderas, cantaban frente a Tribunales.    
Y sentí que el niño aquel sonreía en mi memoria.  

El Argentino, viernes 6 de julio de 2012




  

1 comentario:

Tunombreyelmío dijo...

Hermoso compañero!
Me hiciste emocionar,
llenar de una alegría y tristeza
y finalmente de una esperanza y alivio por lo que se está logrando.
Tenés a la lapicera de mejor amiga sin dudas Jorge,
Seguiré leyendolo cada día.
Saludos.