martes, 24 de julio de 2012

Oíd el ruido de rotas cadenas



Si la crispación opositora de Clarín y sus voceros políticos legislativos siguen negando la realidad, terminarán por querer suprimir no sólo la Cadena nacional.
Querrán suprimir la cadena de mando. La cadena de oración. La cadena de valor. La cadena reproductiva. La cadena informativa. Las cadenas de la Vuelta de Obligado.
Y ojo. Cuando usted se acerque a pispiar la tapa de los diarios en el puesto del canillita del barrio, tenga mucho cuidado con la tapa de Clarín y La Nación, porque a esa oposición se le soltó la cadena, muerden y están rabiosos.
La Presidenta lo dijo con todas las letras, ayer, en Haedo: son la cadena del miedo y del desánimo.
Es criminal lo que esos medios vienen haciendo.
Los dirigentes honestos que vayan a sus programas, se lo deberían decir ante cámaras, así, de frente. Mirándolos a los ojos. Concediéndoles la rebaja de condena a los que son lenguaraces y escribas por una cuestión de billetes. Pero sin concederles ese modito bonachón y jovial con que a veces los tratan los políticos que, por un minuto de fama, concurren a TN o programas similares en otros canales.
El mundo está en peligro. Y cuando la puerta al mundo se angosta por una tragedia exterior como la que ocurre, si no hay un ordenamiento civilizado para traspasarla entre todos, si no hay una voz de aliento de que todo saldrá bien finalmente y por el contrario, se disparan gritos y aullidos de que “todo está mal y saldrá peor”, que “no hay salida”, que “nos caemos”,  permítannos decir simple y categóricamente, que es una actitud criminal que sólo nos lleva a la “Puerta 12”.
El macrismo y otros opositores, proyectan suprimir la Cadena nacional para la Presidenta.
¿Justo ahora que el pueblo más precisa de su Jefa de Estado anunciando la inauguración de obras públicas, abriendo fábricas, informando de inversiones nacionales e internacionales y llevando así una voz de aliento por todo lo que falta?
Dan vergüenza ajena los opositores.
Néstor Kirchner y Cristina utilizaron la Cadena nacional, siempre, para anunciar buenas nuevas para la Argentina.
Jamás la usaron para informar sobre “rebajas de sueldo y jubilaciones”, el “corralito y el corralón”, “el estado de sitio”, el “endeudamiento externo con el FMI”.  
Ayer Cristina anunció la apertura de nuevas plantas industriales en el mismo instante que Europa se caía al precipicio del ajuste, la miseria y la desolación.
Esa es la realidad, aunque no haya Cadena.
En verdad, no les molesta la Cadena, sino que sea la política y la representación del pueblo, en la voz de Cristina, quienes hoy escriban la Agenda de la democracia.
Calma.
Después del 7 de diciembre las últimas cadenas se terminarán de romper.

El Argentino, martes 24 de julio de 2012



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