La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner pronunció ayer
un claro mensaje donde puso en contexto la situación de la economía argentina
en medio del tembladeral que azota el mundo.
Luego de presidir a distancia la inauguración de obras y
emprendimientos empresarios y cooperativos en la provincia de Buenos Aires,
Cristina anunció la decisión de alinear la banca local en absoluto apoyo de la
producción y el empleo de los argentinos.
Repasemos los conceptos allí vertidos para apreciar la
orientación estratégica del modelo de desarrollo con inclusión social que
gobierna la Argentina desde el 2003.
A más créditos, más producción, más trabajo, más consumo,
más mercado interno.
Y, digámoslo claramente: más felicidad.
Que no es sólo un estado individual del espíritu, sino un
bien tangible en una sociedad más igualitaria.
Contra esa felicidad colectiva viene apuntando sus cañones
la soldadesca de Clarín y La Nación desde que Cristina inició su mandato.
Al final de esta nota sabrá porqué lo decimos.
El Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, también dio ayer
su informe institucional ante Diputados.
“En estos primeros meses de gestión el gobierno soportó
exitosamente la crisis internacional; gracias al esfuerzo y el empeño de cada
uno de los argentinos. Argentina sigue creciendo en medio de la tempestad”,
dijo Abal Medina y llamó en consecuencia a
“cuidar y preservar esos logros que se traducen en las 5 millones de
personas que consiguieron trabajo, los 4 millones que cuentan con agua potable
y los 3 millones y medio de niños que cobran la Asignación Universal”, entre
otros indicadores elocuentes.
Es así de claro. El mundo se desploma y Argentina sigue
creciendo.
Los otros que se desploman son los opositores de cabotaje.
Eso sí: habrá que reconocerles la coherencia histórica de sentirse
siempre como ciudadanos de Europa, antes que ciudadanos argentinos.
Se pierden la posibilidad de disfrutar los nuevos vientos
que soplan aquí y en la América Latina. Allá ellos.
Final de nota:
El 16 de setiembre de
2008, a 9 meses de asumir su primer mandato, la Presidenta decía: “Estamos viendo cómo este primer mundo
que nos habían pintado en algún momento como la meca a la que debíamos llegar,
se derrumba como una burbuja y aquí nosotros, modestos y humildes, los
argentinos con nuestro proyecto nacional estamos en medio de la marejada,
firmes”.
Y el 25 de ese mes afirmaba en Estados Unidos que la
economía argentina iba bien con este modelo y que quienes debían pensar en un
“Plan B” eran los países desarrollados que se iban a pique.
Los medios locales le saltaron a la yugular por semejante
osadía.
Pasados tantos años: ¿Quién tenía la razón entonces?
El Argentino, jueves 5
de julio de 2012
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