En un mismo
día revivimos lo peor de nuestro pasado y vimos el mejor de nuestro presente y
futuro.
Pase y vea.
Moyano repitió
disciplinadamente el discurso del poder económico mediático.
Con
liturgia “sindical” y “peronista”, recitó enterita la agenda del Grupo Clarín:
Inflación. Inseguridad. Impuesto a las Ganancias. Apoyo al gobernador Scioli.
Y para
finalizar a todo orquesta, adelantó que votará contra el gobierno el año
próximo.
Lo dijo ante
los trabajadores que ayer concurrieron al acto en Ferro, quienes seguramente
engrosaron en octubre pasado el 54 % obtenido por Cristina Fernández de Kirchner. Sin precisar tutores
ni intermediarios.
El reloj
está corriendo. Y eso pone nervioso a más de uno.
El 7 de
diciembre el Grupo Clarín deberá adecuarse a la ley de medios de la democracia
y para esa fecha, Moyano debería tener listo su partido político electoral.
Lo cierto
es que el camionero rompió el movimiento obrero organizado para organizar su propio sector partidario.
En la
radiografía de este triste y solitario final, que con Moyano esté el Momo
Venegas, acusado ante la justicia por la mafia de los medicamentos, no es un
dato menor.
Pero más
allá de prontuarios y agachadas, se hace evidente se mire por donde se mire, que el país precisa un nuevo modelo sindical
que lo represente genuinamente.
Moyano ya
eligió: está explícitamente en contra del modelo de país que, con desarrollo e
inclusión social, hizo por los trabajadores más que ningún otro gobierno en los
últimos 50 años.
No
adscribimos a los que afirman que la verdadera CGT está del lado del metalúrgico
Caló sólo porque son muchos más y porque son los gremios más poderosos en
padrón de afiliados.
La verdad
es que Caló y los sindicatos industriales que lo acompañan son la expresión de
un país que recuperó la industria, el trabajo, el consumo y el mercado
nacional.
Son la
representación de las fuerzas productivas que protagonizan este cambio que vive
la Argentina. Y es por eso que, más allá de la calidad de algunos de sus
dirigentes y de la cantidad de afiliados, constituyen la verdadera CGT.
Paradojas
de la vida: como contra cara de ciertos personajes, justo hoy recordamos la
partida del mejor de todos los militantes, Germán Abdala.
Nuestro eterno
homenaje.
Ayer ocurrieron
otros dos hechos paradojales:
*Héctor
Magnetto se negó a mirar a los ojos a Lidia Papaleo. Esta vez no tenía dictadores de su lado.
*En otras orillas,
la Presidenta entregó la netbooks 2 millones y reinauguró Tecnópolis, la feria de
ciencia y arte que mejor representa lo que somos y queremos ser los argentinos.
Aunque lo
peor del pasado no termina de irse, la esperanza sigue encendiendo luces.
El Argentino, viernes 13 de julio de 2012
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