Este 26 de Julio será un antes y un después en la memoria
colectiva.
No fue el recordatorio ornamentado de la Evita Capitana.
Ni fue el llanto apretujado y los puños cerrados por dolores
viejos.
No fue un lastimero adiós, sino la bienvenida a esa Eva del
pueblo que vuelve convertida en millones, como nos prometió.
Habrá que releer el mensaje de Cristina hablando ayer en el
acto central de José C. Paz.
Allí hay memoria, emoción, claridad política; en definitiva,
hay destino de patria.
“Evita ha vuelto en la dignidad de una patria que dejó de
ser colonia”, dijo la Presidenta y la ovación de los humildes no se anduvo con
chiquita.
Que entren a repensar sus planes los que tienen el billete
marcado para el 7 de diciembre.
De nada le valdrán los bombardeos diarios con sus mentiras e
injurias.
Porque lo que se vio y se vivió con esa multitud de cien mil
personas que allí participaban, fue una razón de estado, unida a eso que llaman
mística, pasión o simplemente, el alma militante que tienen los pueblos cuando
deciden cambiar la historia.
“Volveré y seré millones” dijo el cacique aymara Tupac
Katari en 1781, luego de la rebelión contra el colonizador y poco antes de ser
descuartizado junto a su compañera Bartolina Sisa.
Y miren lo que es la historia: el Presidente en Bolivia, más
de dos siglos después, es otro aymara llamado Evo Morales, junto a millones de
aymaras, quechuas, guaraníes, criollos y otros pueblos originarios.
“Volveré y seré millones”, dijo también Evita.
Quizá sus enemigos, los que tanto la odiaron y
vilipendiaron, lo sabían y lo presentían. Y fue por eso que la desaparecieron
durante 20 años casi.
Pero la historia es un río que impone su torrente cuando es
caudaloso.
Por eso Evita vuelve, como dijo Cristina, en millones de
pibes que estudian y militan por un proyecto de nación y vida.
Vuelve en los millones de sus cabecitas negras que
recuperaron la dignidad del trabajo y la vivienda.
Vuelve en los barrios humildes, ya no como estampa en el
recuerdo de aquel país que fue, sino en la bandera que flamea en el país que,
según dicen los jóvenes, será mucho mejor en los próximos años.
Y vuelve porque volvió el Estado junto al pueblo.
El acto de ayer contó con representantes del gobierno
nacional, provincial y comunal; con legisladores locales y nacionales y todos
encabezados por la institución mayor del voto popular que es la Presidenta de
los argentinos.
Se hizo, además, en el Mercado público.
“A los grandes se los recuerda combatiendo”, dijo Cristina.
Y pensaba en Néstor.
Misión cumplida para una generación diezmada.
Aquella juventud trajo a Perón a la Patria.
Y esta del Bicentenario, nos ilumina de Evita, para siempre.
El Argentino, viernes 27
de julio de 2012
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