“Cuando el adversario canta tus mismas canciones, repite tus palabras, dice que sueña tus mismos sueños y levanta tus banderas, entonces prepárate, te están robando la patria”
Reza un antiguo pregón. Y nos parece útil rescatarlo para entender las cantinelas discursivas de estos días.
En esta coyuntura política se prueban los tientos de cada proyecto en pugna.
El Gobierno despliega horizontalmente su política de dialogo, desde una mirada integradora del país.
Mientras hace esfuerzos para que nadie quede afuera del consenso nacional, no cede un palmo en la defensa del empleo, del mercado interno y la producción.
Es un equilibrio inestable afectado por los resultados de las últimas elecciones y por las diferentes conductas sociales que exhiben los protagonistas de la historia.
Se viene de lograr un acuerdo entre empresarios, dirigentes sindicales y Gobierno que establece el salario mínimo, vital y móvil en $1500. Es record en el ciclo histórico pero es también la expresión elocuente de una mayor calidad institucional.
No salieron todos conformes, en términos absolutos. Los patrones hubiesen querido desembolsar menos y los trabajadores percibir un poco más de lo logrado.
Sin embargo, aún con reservas, todos celebraron el acuerdo construido.
Distinta fue la conducta de los patrones rurales de la Mesa de enlace.
Después del anuncio gubernamental de subsidiar la industria lechera, aumentando el subsidio del Estado al sector agrícola ganadero por un valor de 21.700 millones, después de abrirse las exportaciones al trigo como pedían, después de ser invitados al dialogo y a integrarse al Consejo Económico y Social, responden con un tono amenazante que poco ayuda a despegarse de la agresividad discursiva que los caracterizó durante el último siglo.
Cuentan con la cadena de grandes medios monopólicos que transmiten en vivo y en directo su relato parcial como si fueran verdades universales. Cuentan con la desmemoria de un buen sector de las clases medias, pero ya no cuentan con aquellos sectores democráticos de la oposición que tomaron nota de la voracidad de las corporaciones.
Hay que repasar la historia, volviendo a Jauretche, Scalabrini Ortiz y Mariano Moreno, para entender el presente y prever el futuro.
Los protagonistas, al fin de cuentas, se comportan más o menos igual que siempre.
(Jorge Giles. Miradas al Sur. 2.08.09)
2 comentarios:
Exactamente. Los protagonistas se comportan como lo que son. Lo que pasa es que nos enteramos de algunas cosas que los medios repiten hasta el hartazgo, y quedan silenciadas otras que son para elogiar, como los subsidios a la lechería que hace el Estado. Bah! Lo elogio por si ese acto sirviera para superar el conflñicto y hallar la Paz quer todos anhelamos. Aunque algunos de ésos justamente, lo que anhelan es volver a ser "el granero del mundo". Entonces, usan mecanismos de confusión: "no es suficiente", "inoportuno", "a destiempo", "desconfiamos", etc.
Otros protagonistas vivaron a Martínez de Hoz. Pero eso sí, se llenaron la boca aclarando que no quieren desatar una guerra civil! Es cierto lo que decís: nos falta leer mucho Jauretche, Scalabrini Ortiz y Mariano Moreno.
Y es preciso profundizar la democracia, para desalentar ciertas amenazas del protagonista más protagonista de este pasado fin de semana: “Ya van a ver cuando empiece a sesionar el nuevo Congreso. Ya lo dijo Hugo, la gente opinó en las urnas, pero ya va a llegar el momento de hablar en serio”.
Te mando saludos
Muy buen artículo, Jorge.
En relación a la increíble cifra de 21.000 millones aportados en los últimos 15 meses al campo, que constituyen más del 60% del ingreso fiscal por retenciones, contrasta el gasto en planes sociales, que en el 2008 fue de 6000 millones. Daría la impresión de que el Gobierno subsidió a sus seguros no votantes, y descuidó a sus potenciales apoyos.
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