miércoles, 27 de abril de 2011

Néstor Kirchner, el militante



“Ya van para seis meses”, dice la voz popular.
Y todos saben que son seis meses sin Néstor Kirchner.
Hoy habrá un encuentro en Parque Lezama y cientos de lugares más a lo largo del país, para recordarlo, para estar juntos, para amucharse el alma, para no estar solos en este día.
Es el mismo día cuando Kirchner en el 2003, a pura militancia, logró aquel 22,24 % de los votos que le hicieron pasar a la segunda vuelta, llegar a la Casa Rosada y entrar digno y orgulloso, con sus convicciones intactas.
Siete años después, el 13 de setiembre de 2010, los diarios amanecían con la noticia de que había sido de alta después de su última operación en la clínica Los Arcos.
“Tiempo argentino” daba cuenta de aquel episodio y decía: “Los primeros en llegar fueron los jóvenes de La Cámpora”. En otro artículo informaba del acto previsto para el día siguiente, 14 de setiembre, en el Luna Park y apuntaba: “El encuentro se da en el marco del creciente acercamiento de los sectores juveniles al kirchnerismo…se explica (según encuestas) en que para los menores de 30 años, el kirchnerismo cuestiona el orden establecido”.
Esa es la prueba de que Kirchner llegó a ver este nuevo y bullicioso caudal, fue parte de él, lo provocó, lo alentó, dialogó con ellos, se abrazó con esa juventud.
Por eso aquella multitud cuando se marchó. Por eso este dolor que no cesa. Y por eso está “más vivo que nunca”, como pintan los pibes en las paredes con la imagen de El Nestornauta.
Entonces escribíamos una columna saludando su vuelta a casa.
“El militante” se llamaba (http://jorgegiles.blogspot.com/2010/09/el-militante.html )
Recordamos unos poquitos párrafos, como aporte a esta fogata que nos sigue alumbrando:
“El militante no sabe de descansos ni de glorias vanas.
El es la voluntad al borde del abismo, así en la triste derrota de una noche de invierno como en el cielo de las victorias.
Lo lancean por el flanco izquierdo y lo hieren por su costado derecho y sin embargo avanza igual con la frente en alto.
Si siente algún dolor o miedo en el centro del pecho, lo disimula ante el enemigo y se larga a llorar, si es preciso, con sus compañeros.
Siente miedo no por su propia vida sino por la del pueblo que ama y defiende.
Pasajero de la historia, sabe que algo quedará de su andar cansino, de sus palabras al viento, de la modesta muestra de coraje que mostró las veces que hizo falta demostrarlo.
El militante sabe que el aliento de los suyos es su propio aliento…sabe que él se muere sólo en la desigualdad, en la desesperanza del que no tiene nada que ganar ni que perder, en la entrega infame a los poderosos, en la desaparición de la palabra vida, en la capucha del torturador y su mandante.
El militante Néstor Kirchner se prepara para volver a empezar”


El Argentino, miércoles 27 de abril de 2011

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