martes, 19 de abril de 2011

La vida por cadena nacional

Imposible no emocionarse con los anuncios realizados por la Presidenta.
Imposible no conmoverse cuando recordó a Néstor Kirchner, en el tramo final de su discurso, con los versos de una bella canción de Joaquín Sabina:
“Que ser valiente no salga tan caro, que ser cobarde no valga la pena”.
Descuentos en los remedios para nuestros jubilados; extensión de la Asignación Universal por Hijo para las embarazadas; ampliación del calendario de vacunas para los pibes y para los abuelos.
Son todas medidas que hablan de un Estado presente.
Un Estado con justicia y equidad, como Cristina lo definió.
Si la economía argentina creció un 8,7 % en febrero, ahora sabemos en qué se invierte el crecimiento. De eso se trata.
Cuando la Presidenta dijo que la llegada de un hijo debe ser una bendición y no una maldición, la vida recobraba su justa medida y su verdadero sentido.
Con mi abuela Ana aprendí que antes del peronismo no había jubilación para todos. Menos del 10% de la población tenía ese derecho.
Con ella aprendí que con Perón se crearon luego las Cajas de Empleados de Comercio, de los autónomos, del personal de la industria, de los peones rurales, de todos los trabajadores.
Y aprendí que esas Cajas daban superávit y que los fondos eran invertidos en títulos del Estado y que con todo ese avance se construyó luego el derecho social de un sistema solidario de reparto.
Pero después de 1955, añadía mi madre, “todo se vino abajo para los jubilados”.
“Y para el país”, agregaba mi padre.
“Gobierno que venía, gobierno que metía mano en nuestros ahorros”, decía.
El menemismo fue la coronación de esa injusticia con el negociado de las Afjp, sólo empardado por la Alianza radical de De la Rúa que les descontó el 13 % a los que ya venían corriendo la coneja. Para decirlo amablemente.
Es que cuando la economía se congela, todos nos morimos de frío.
Y al revés: cuando mejor están los jubilados, es cuando el país se industrializa y crece en consumo, empleo y producción.
¿Saben porqué? Porque es un cuento chino eso de “la plata de los jubilados”.
Lo que existe es la plata del ahorro de los trabajadores argentinos, que es otra cosa distinta.
Es el Estado al servicio de los intereses populares o al servicio de los mercaderes.
Esa es la cuestión central.
Esta vez nos cuidamos entre todos, porque hay un Estado que así lo garantiza.
Si las ex Afjp giraban nuestro ahorro al exterior, ahora la Anses la invierte en la economía nacional, custodiando y generando más inclusión social y más empleo para todos.
Es otra lógica la que nos gobierna hoy.
Por eso el ahorro de los argentinos tiene quien los resguarde, ante la voracidad de los miserables de siempre.


El Argentino, martes 19 de abril de 2011

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