lunes, 4 de abril de 2011

Carta de un maestro en Malvinas



Esta es una linda historia. El 20 de Noviembre de 1990 la CTERA, el gremio de los docentes, realizó un acto bajo el lema: “Educar es defender la Soberanía”. Homenajeaban a los Héroes de la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 y los unían, a la distancia, a los Héroes de Malvinas. Ambos hechos sellaron la principal agresión colonialista inglesa contra la patria. Recuerdo que ese día cantó Teresa Parodi. Maravillosa y emotiva, como siempre. Hablaron Hugo Yasky y Mary Sanchez y en el momento cumbre del acto se leyó la carta original de un maestro de la Escuela 32 de Laferrere, en La Matanza, muerto heroicamente en Malvinas. Estaban presentes sus familiares y docentes amigos. El silencio, mientras se leía la carta del soldado a sus alumnos, era estremecedor. Las lágrimas y el aplauso final fueron un abrazo que llegó seguramente hasta las Islas. Ese maestro soldado fue Julio Cao. Eran tiempos de menemismo. El aire olía a traiciones. El neoliberalismo impuesto a sangre y fuego por la dictadura, se extendía en plena democracia con su desmemoria. Sólo a los maestros se les ocurría rescatar, en tiempos de olvido, el Día de la Soberanía y entregar como recuerdo a los presentes, hombres y mujeres comprometidos con la patria, un modesto pizarrón en miniatura, con la bandera pintada y escrito con letras tan bellas como inocentes: “20 de Noviembre: Día de la Soberanía Nacional – Renunciar a la educación es renunciar a la patria –CTERA”. Todavía lo conservo. Los maestros rescataban así la memoria de uno de los suyos, de uno de sus compañeros. Pasaron los años. Y fue este 2 de Abril en que la Presidenta de la Nación se encontró con la carta de Julio y al hacerlo hizo posible el milagro final de esta historia: la carta llegó a destino, es decir, a todas las escuelas, a todos los hogares, a todos los alumnos del país. Las cosas no ocurren porque sí. Este es el tiempo donde la Soberanía en Malvinas se expresa de esta forma, uniendo a los ciudadanos de civil y de uniforme, a los maestros con los combatientes, al pueblo con su gobierno. “Esto no nos convierte en una nación guerrera…nos convierte en una nación con memoria y con honor”, afirmó Cristina Fernández de Kirchner en el acto de homenaje en Río Gallegos, allá en Santa Cruz. Decía Julio a sus alumnos: “…muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir que nos lleve a todos al “país de los cuentos”, que como Uds. saben queda muy cerca de Las Malvinas. Y ahora como el maestro conoce muy bien Las Islas Malvinas no nos vamos a perder” Tenía razón el maestro. No perdimos el camino.


El Argentino, lunes 4 de abril de 2011

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