Esta es una linda historia. El 20 de Noviembre de 1990 la CTERA, el gremio de los docentes, realizó un acto bajo el lema: “Educar es defender la Soberanía”. Homenajeaban a los Héroes de la Batalla de la Vuelta de Obligado de 1845 y los unían, a la distancia, a los Héroes de Malvinas. Ambos hechos sellaron la principal agresión colonialista inglesa contra la patria. Recuerdo que ese día cantó Teresa Parodi. Maravillosa y emotiva, como siempre. Hablaron Hugo Yasky y Mary Sanchez y en el momento cumbre del acto se leyó la carta original de un maestro de la Escuela 32 de Laferrere, en La Matanza, muerto heroicamente en Malvinas. Estaban presentes sus familiares y docentes amigos. El silencio, mientras se leía la carta del soldado a sus alumnos, era estremecedor. Las lágrimas y el aplauso final fueron un abrazo que llegó seguramente hasta las Islas. Ese maestro soldado fue Julio Cao. Eran tiempos de menemismo. El aire olía a traiciones. El neoliberalismo impuesto a sangre y fuego por la dictadura, se extendía en plena democracia con su desmemoria. Sólo a los maestros se les ocurría rescatar, en tiempos de olvido, el Día de la Soberanía y entregar como recuerdo a los presentes, hombres y mujeres comprometidos con la patria, un modesto pizarrón en miniatura, con la bandera pintada y escrito con letras tan bellas como inocentes: “20 de Noviembre: Día de la Soberanía Nacional – Renunciar a la educación es renunciar a la patria –CTERA”. Todavía lo conservo. Los maestros rescataban así la memoria de uno de los suyos, de uno de sus compañeros. Pasaron los años. Y fue este 2 de Abril en que la Presidenta de la Nación se encontró con la carta de Julio y al hacerlo hizo posible el milagro final de esta historia: la carta llegó a destino, es decir, a todas las escuelas, a todos los hogares, a todos los alumnos del país. Las cosas no ocurren porque sí. Este es el tiempo donde la Soberanía en Malvinas se expresa de esta forma, uniendo a los ciudadanos de civil y de uniforme, a los maestros con los combatientes, al pueblo con su gobierno. “Esto no nos convierte en una nación guerrera…nos convierte en una nación con memoria y con honor”, afirmó Cristina Fernández de Kirchner en el acto de homenaje en Río Gallegos, allá en Santa Cruz. Decía Julio a sus alumnos: “…muy pronto vamos a estar juntos nuevamente y vamos a cerrar los ojos y nos vamos a subir a nuestro inmenso cóndor, y le vamos a decir que nos lleve a todos al “país de los cuentos”, que como Uds. saben queda muy cerca de Las Malvinas. Y ahora como el maestro conoce muy bien Las Islas Malvinas no nos vamos a perder” Tenía razón el maestro. No perdimos el camino.
El Argentino, lunes 4 de abril de 2011
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