martes, 24 de agosto de 2010

Hoy también es "Nunca Más"


Durante treinta años creímos todo o casi todo lo que nos decía Clarín. Levantarse tempranito y leerlo con los primeros mates del día, era parte del ritual de los argentinos. De una buena parte de ellos, al menos. Si sucedía algo trascendente por la tarde, era esperar ansiosos el día siguiente para que Clarín nos diga “la verdad” de lo acontecido. Lo habíamos amado tanto, que todo lo que nos decía era “lo verdadero”, sin temor a equivocarnos. Los domingos eran una fiesta con el Clarín en las manos. Los editoriales daban la hoja de ruta para la semana; que este era el bueno y aquel era el malo y aquel está en capilla hasta ver cómo se comporta en los próximos días. Los suplementos no tenían desperdicios y era un contento leer el horóscopo en la revista “Viva”, como si fuera la única verdad posible de comprar a la medida de uno. Claro, entonces no sabíamos de su maridaje con los genocidas. Como dice el tango, “hoy vas a entrar en mi pasado, en el pasado de mi vida, tres cosas lleva mi alma herida, amor, pesar, dolor” Se terminó Clarín, y esta vez es para siempre. Cuando la Presidenta reciba las carpetas con toda La Verdad sobre Papel Prensa, sabremos más de nuestras voces y silencios. De nuestra responsabilidad como sociedad. Conocer el crimen y a los criminales, es una forma de saber sobre nosotros mismos. Y aunque duela, será sanador de veras, como todo lo que se cura con la verdad. La mujer que allí está sentada, se llama Lidia Papaleo de Graiver. Muchos la saludarán con el corazón sangrando y al hacerlo ese corazón se romperá, rompiendo la camisa, la blusa y el saco del que saluda. A ella se le rompió el corazón hace muchos años atrás. Se lo rompieron los verdugos de la dictadura y ese señor Magnetto que la taladra con la mirada más que los torturadores y le dice obsceno y cínico: “Firme o le costará la vida de su hija y la suya”. Lidia sólo quería escapar de allí con su pequeña en brazos. Pero debía entregar la empresa de su marido muerto o mataban a su hija de dos años. Un verdugo se acercó hasta su oído y le dijo baboso: “firmás o te mato” Lidia repasa sus dolores en esta tarde gris llena de sol para la vida. Como lo hiciera el pasado 20 de mayo en la asamblea de accionistas de Papel Prensa, relatando cómo Clarín y La Nación se quedaron con sus acciones en la empresa sobre una mesa de torturas. “Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias. También firmé en La Plata estando desaparecida. Hice los careos con Jacobo Timerman y todo lo relacionado con el diario La Opinión estando desaparecida, porque desde el Departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí. Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió. Yo vendí antes y durante la cárcel. Seguí saliendo. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo. En una oportunidad fui a una casa donde había dejado las acciones de La Opinión. Fui a ese lugar con un señor que era mi torturador, si bien eran varios y estaban presentes Etchecolatz y Camps. El otro que estaba presente se llama Cozzani y era el encargado de torturarnos. A mi lado murió mucha gente, incluso niños, porque traían a los padres y si no hablaban, mataban a sus niños. Mi nombre de desaparecida era “La impura”, porque me había acostado con un judío” Si se apropiaron de un país, de 30 mil personas, de miles de presos, torturados, perseguidos y exiliados ¿por qué no habrían de quedarse con el papel prensa de la mentira diaria? Es hora de la verdad y de querernos más como pueblo.
Hoy también es “Nunca Más”.
Es bueno que lo diga la Presidenta. Pero además, que lo digamos todos.
El Argentino, 24 de agosto de 2010

2 comentarios:

Luchin dijo...

Pongo mi voto para seguir desenmascarando genocidas que hasta ahora estaban muy bien ocultos!!

Saludos!

José dijo...

jorge, sos como cristina y como el vino.. con los días, con los años, con la vida ¡SOS AÚN MEJOR! te leo siempre negro. abrazos