El Grupo A dio otro zarpazo con papel de lija en el Congreso.
Aplausos. Los viejos saqueadores de ayer, son los “justicieros” de hoy.
Esta vez, no tuvieron pudor en utilizar como carne de cañón a los jubilados.
El desvelo por conocer y difundir las verdaderas intenciones de quienes atentan contra los intereses del pueblo, más que un desafío intelectual, es un acto de amor a la patria.
En esos desvelos andamos y allí vamos.
1.- El primero que se llevó el tesoro público para poder desvalijarlo después, fue el Virrey Sobremonte. Por supuesto, lo hizo en nombre de “la defensa del tesoro público”.
2.- Los legisladores del Grupo A fueron en el verano pasado sus hijos putativos, defendiendo el uso de las reservas para poder vaciarlas nuevamente en un próximo e hipotético gobierno compartido por esa rara entente de radicales aliancistas y menemistas.
3.- Como no hay dos sin tres, esta vez la máscara opositora del “82 % para los jubilados” es la vuelta de las AFJP por otros medios. O sea, el saqueo en versión digital.
“¿Cómo dice?” Se preguntará usted, abrumado luego del bombardeo mediático de la oposición en estos últimos días.
Repasemos.
En marzo pasado, atravesando aún la tormenta de arena provocada por el veranito de las reservas, decíamos en esta misma columna que el prócer de esa oposición era el Virrey Sobremonte.
Como nos propusimos hacer honor al Bicentenario, comparando conductas y procederes, dijimos entonces que querían llevarse en una diligencia virtual, a través de un golpe palaciego en el Congreso y en el Banco Central, todas las reservas que juntaron este pueblo y su gobierno en apenas siete años.
Eran, como ahora, los mismos que saquearon los caudales públicos en los años noventa y en el 2001 y 2002.
Entonces nos preguntábamos ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué prefieren tomar nuevas deudas en el exterior a tasas altísimas, usar los presupuestos de salud y educación, de obras públicas, antes que utilizar nuestras propias reservas? ¿Será por ignorancia o porque les prometieron algún “retorno” por la maniobra?
¿O estaban defendiendo a los acreedores y fondos buitres, a los tenedores de títulos que buscan tirar por la ventana a este gobierno para poder cobrar y pagar el 100 % del valor de la deuda contraída por el Estado que ellos administraron en el pasado?
Esos mismos legisladores que se rasgaron las vestiduras por las reservas son los mismos que votaron a favor de las AFJP y contra la administración estatal del sistema jubilatorio; los que votaron en contra de la Ley de Medios de la democracia; los que se reunieron en la Sociedad Rural defendiendo a la Mesa de enlace de Biolcati y compañía; los que quebraron el sistema previsional, congelaron los haberes durante 15 años y rebajaron el 13 % a los jubilados cuando gobernaron.
Entonces, si hoy se vienen con esta maniobra del “jubilazo” del 82 % no es por irresponsabilidad o electoralismo, solamente.
Es porque quieren volver a quebrar el Estado para reprivatizar el sistema de la mano de las AFJP, maniobra posiblemente diseñada en alguna de las tantas cenas con Magnetto.
Piedra libre.
La batería de denuncias contra estas maniobras de la derecha debería ir en este sentido, denunciando y demostrando con pruebas en las manos, que las hay, que al Grupo A no lo anima un afán reparador, sino un afano nomás.
No está mal demostrar la segura desfinanciación del sistema jubilatorio. Pan para hoy y hambre para mañana.
Pero poniendo el acento en que el verdadero propósito opositor es derrumbar la Asignación Universal por Hijo, el Fútbol para todos, las líneas de inversión productiva con nuevas fuentes de empleo que viene implementando con eficacia y solvencia el Estado a través de la ANSES.
Son los mismos que se rasgan las vestiduras porque Guillermo Moreno llevó cascos de seguridad ambiental y guantes de juguete frente al saqueo continuo de Papel Prensa, pero se conmovieron con el cinismo de Domingo Cavallo llorando frente a la querida Norma Plá.
¿O no es así?
El Argentino Viernes 20 de agosto de 2010
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